MI EXPERIENCIA COMO AGREGADA (II) Qué pasó al salir.- Suedith
Fecha Monday, 22 June 2009
Tema 040. Después de marcharse


Hola, como estan?

 

En primer lugar quiero agradecer a todas las personas que se han tomado unos minutos de su tiempo para leer mi experiencia; nuevamente en contacto con ustedes, para compartirles qué pasó después de mi salida.

 

He contado que al salir tuve un cuadro clínico poco común; curiosamente, el día que desperté de ese letargo físico, fué el 12 de diciembre. Lo recuerdo muy bien, porque ese día es el cumpleaños de mi mamá, y había reunión en casa para recibir a mi familia, que iba a felicitarla. Cabe mencionar que ese es el día de la Virgen de Guadalupe en México, y obviamente en mi casa siempre ha habido una devoción particular hacia ella;  así que a ella doy las gracias por levantarme de ese letargo...



Ese día disfruté mucho estar con mi familia, simplemente, disfrutándolos, escuchando sus opiniones, riendome con ellos, con ganas, viendo a mi mamá feliz de tener la casa llena. Por primera vez, después de años, no juzgué, no estuve pendiente de lo que dijeran, para hacer mi comentario correctivo, de carácter “espiritual”. Y recuerdo que lo disfruté enormemente.

 

Después de eso, inició la etapa de reconstruir mi Yo y redescubrirme; fué una etapa muy fuerte, y no fácil ya que implica iniciar una relación contigo mismo, lo que te lleva a autoconocerte. Ahora al pasar los años, puedo decir que este autoconocimiento nunca termina y es lo que nos permite ir definiendo nuestro propio camino. Justo hoy leí una frase que viene muy bien aquí: Cuando andamos un camino que otros definen como el correcto para nosotros, invariablemente, nos perderemos en el.

 

Lo primero que definí fué por ejemplo, que me gustaba en ropa, en comida, en estilo de peinado; definí también  que quería leer libremente lo que me diera la gana, porque eso si, la lectura siempre ha sido una de mis grandes pasiones; dejé de lado los libros espirituales puros, porque cuatro años conviviendo con ellos, creo que fue más que suficiente. Definí también mis roles como hija, como amiga, como prima, como ciudadana, como profesionista; esto tampoco fue fácil, ya que tuve algunos vuelcos, sobre todo en el plano profesional; y fue un proceso de años, por lo menos para mi.

 

Mi relación con Dios en aquel momento, simplemente tuvo un stand by; un día de ese mes de diciembre, fuí a la iglesia cercana a mi casa en donde por las tardes, siempre estaba expuesto el SS, y simplemente le dije que me alejaría de las formas, ya que en verdad acabé al tope de rosarios, misas, retiros espirituales, confesiones, lecturas espirituales y oraciones varias; pero que el fondo, que era El, no lo dejaría y no dudaba de su existencia y que poco a poco iría descubriendo la forma muy propia entre El y yo de tener nuestra relación. Y efectivamente, se ha ido formando a lo largo de los años, ahora es solo entre el y yo, sin estar metida en los parámetros humanos que alguien determina como “correctos”. Siempre he pensado que Dios se adapta a todos sus hijos, por eso nos hizo a todos diferentes, individuales, por eso las diferentes religiones, las diferentes manifestaciones, porque es casi imposible querer unificar la forma de expresar la espiritualidad de miles de millones de almas en unos cuantos parámetros, definidos por una sola institución. Se que esto podrá sonar muy simplista; pido disculpas de antemano a los más doctos en esto, si es que estoy escribiendo una barbaridad.

 

Otra de las labores necesarias en ese proceso, fue quitar la culpa que te hacen sentir por dejar el Opus Dei; cuando en mi anterior escrito menciono que traté de hacerme oir, sin conseguirlo, me refiero al momento en donde expreso claramente mi intención de no continuar dentro; las frases clásicas de ese momento: “infiel”, “persona con una gran falta de amor a Dios”, “desleal”, “te vas a alejar de la verdad” y demás linduras, te marcan inconscientemente, aunque no lo quieras y aunque sepas que no lo eres; a mi en lo personal, lo que me ayudó a quitarme esa etiqueta que me pusieron, fué el hecho de descubrir lo maravillosa que veía que era mi vida porque la estaba viviendo, con todas sus “v”. Vivir, todo lo que quieras y a tu aire, es el mejor antídoto para cualquier culpa que cualquier persona quiera que cargues.

 

Otro aspecto que también resulta difícil, es enfrentar contigo mismo como asumes esos años en el Opus Dei en tu historia personal; cómo al salir, justificas ese período de tiempo, ya que dejaste de hacer cosas que el común de las personas hicieron y el hecho de vivir en un limbo de la realidad, te aparta de muchas vivencias necesarias para el desarrollo de la personalidad; en mi caso, solamente mis papás y mis amigas más cercanas, con quienes he tenido una amistad de años, sabían de mi pertenencia; al principio no hablaba de ello con nadie fuera de ellos; poco a poco, conforme vas entendiendote por ese autoconocimiento que ya he mencionado, vas aceptando, perdonando y acomodando el capítulo en tu historia personal, ya que finalmente siempre será parte de ti. Ahora ya lo menciono sin problema.

 

Mi pequeña recomendación para quien esté superando el trance de la salida, es muy simple: Permitan que la vida  los despeine, la vida NO debe ser un viaje a la tumba con  la intención de llegar seguros, en un cuerpo atractivo y bien conservado  sino, más bien, llegar patinando de lado, con chocolate en una mano, una  copa de vino en la otra, hechos polvo y gritando: ¡¡¡wow, qué viaje!!!'    

 

La vida acá afuera es como es, con sus blancos y sus negros, sus arribas y sus abajos, pero el gran secreto es que cada uno tiene la capacidad interna de definir como enfrenta esos claroscuros; y en estos años he tenido la oportunidad de reencontrarme con algunas ex Opus Dei, y todas ellas están felices, viviendo, simplemente. Y felices.

  

Saludos a todos

suedith

 

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