A colación de las declaraciones de la directora de Besana.- Ramón
Fecha Friday, 12 June 2009
Tema 100. Aspectos sociológicos


Las declaraciones de la Directora del colegio Besana han vuelto a traer a la palestra a los colegios del Opus Dei.

 

El problema planteado por los colegios del Opus Dei es único en el sistema educativo español, que a su vez es también bastante único.

 

Para los no españoles: en España, a raíz del concordato de 1979 (ojo, esto no pasaba con la dictadura nacional católica) el estado garantiza la gratuidad de la educación, en los colegios privados que quieran acogerse al “concierto educativo”. En la práctica, el estado paga el sueldo de los docentes de esos centros “concertados”. Además, sufraga una parte (no muy abultada, todo hay que decirlo) de los gastos corrientes del centro educativo: administración, limpieza, etc. Por este último motivo, para que el colegio no vaya a la quiebra, los padres tienen que dar una “donación” mensual. En mi ciudad, la cantidad gira en torno a los 25 € por hijo, pero puede ascender a mucho más, como es el caso de los colegios del Opus. Este tipo de donaciones actúa como un factor disuasorio para las rentas más bajas, que no pueden costearlo, sobre todo si le añadimos el precio del uniforme, comedor, etc...



Esta situación es excepcional en Europa, por lo favorable a las entidades titulares del colegio. Aún así ningún gobierno de izquierdas se ha atrevido a tocar este privilegio. Antes bien, lo han cumplido a rajatabla. No se conocen centros que hayan querido permanecer fuera del sistema… ni siquiera los del Opus.

 

Puesto que el Estado español es el pagador y garante universal de la educación, lógico es que si pague, mande.  Consecuentemente, para entrar en los colegios concertados, ya no son las entidades propietarias las que eligen a sus alumnos, sino la Consejería de Educación de cada comunidad, quien establece criterios de selección tan inauditos como: vivir en la zona o trabajar los padres en ella, o tener hermanos en el colegio al que se quiere entrar.

 

Es ahí donde radica el problema con los colegios unisex: discriminan por el sexo, en una actividad educativa sufragada con dinero público. Desde ese momento, el dinero no se gasta con criterios de igualdad (que tampoco lo son tanto, como se ha visto más arriba), sino de arbitrariedad. La arbitrariedad de tener pene - o no -  hace imposible la entrada del niño en ese colegio, incluso si el niño es muy listo y parlanchín  (motivo para estar con niñas) o la niña es muy bruta, pero un hacha en cálculo (perfil masculino). O si el niño/a tiene un hermano/a en ese colegio: nada de nada.

 

Atención: lo que dice el opus es una mixtificación. Lo de separar niños y niñas es una cosa que viene de atrás, cuando la educación debía ser separada por la idiosincrasia de ambos sexos, su vehemencia sexual, sus misiones en la vida, etc. Y en particular por la discriminación negativa que sufría la mujer en todos los órdenes. En España, por ejemplo, la República construyó numerosos centros educativos, mixtos. Con la dictadura franquista, esos centros pasaron a separarse, e incluso en algunos casos, a cerrarse por “innecesarios”, mientras proliferaban los colegios religiosos hasta ofrecer el 40 – 60% de las plazas escolares en España. O sea: separados durante 40 años, y muchos colegios de curas.

 

Ahora bien, a partir de los años 70-80, el Estado amplió su oferta educativa, y encima cayó la natalidad, y comenzó el régimen de conciertos, vaya que si los centros religiosos que antes eran unisex se volvieron plurisex. Por lo visto, lo que era malo antes, ahora no era tanto. Sorprendentemente, eso no ha influido en el rendimiento escolar de los centros educativos privados… O sea, que también hay pruebas de que no pasa nada por estar juntos... es más, si sus datos son ciertos, donde entran las chicas sube el rendimiento.  Todos, menos el Opus Dei. Si fuera cierto el argumento de la separación de sexos, incluso podrían hacer un colegio unificado, en el que los alumnos y alumnas compartieran sólo el patio durante los recreos… pero ni por esas. 

 

No se trata, de “privada / pública” o “sexos juntos / separados”  Para poder afirmar algo científicamente, hace falta tener evidencia suficiente, avalada por datos experimentales. Esto, en educación es más difícil aún que en cualquier otra rama de la ciencia. Los factores de confusión son muchos, y no valen simplificaciones baratas. Por eso, los comentarios sobre el ideario progre, etc., me parece fuera de lugar. Porque los tiros no van por ahí. 

 

Estoy harto de las consideraciones pseudocientíficas y pseudopedagógicas que dice la directora de ese colegio. Yo soy médico, y ni en la carrera ni después he oído nada sobre desarrollos diferentes del cerebro ni la inteligencia ni nada similar. Y sobre las relaciones interpersonales, consumismo, etc. mejor hacer como que no hemos oído nada. Puro clasismo, machismo, patriarcalismo y en el fondo miedo al sexo.

 

Igualmente, es radicalmente falso, que se trate de un “ataque a los católicos”, como algunos periodistas de la derecha española se han apresurado a vocear. Ningún católico ha sido “atacado” o “perseguido” por el estado. A nadie se le ha negado ir a esos colegios, no se ha cerrado ninguno de ellos, ni se ha expulsado a nadie de su trabajo por ser católico. Lo que se hace es impedir que una organización (el Opus, o quien sea) discrimine con dinero público. De hecho, en comunidades como Madrid, gobernadas por el PP – partido con fuertes lazos con el opus dei - lo que se hace es lo contrario: no se les quitan los conciertos, sino que siempre que pueden se conciertan colegios de nueva creación con entidades del opus o más radicales todavía. Hablando de persecuciones: la Iglesia ha conseguido de rebote con la izquierda unas condiciones financieras como nunca tuvo. 

 

Entonces, ¿qué sentido tiene esa  postura, mantenida casi exclusivamente por el Opus u organizaciones de cariz semejante? Y ¿qué ven de malo esos católicos padres en los colegios católicos de las órdenes religiosas? ¿Qué ven de malo en los colegios de los maristas, jesuitas, agustinos, escolapios, salesianos, la Salle, esclavas, teresianas, etc.? ¿Por qué su “preocupación por su familia” les lleva a fundar colegios separados del resto de los colegios católicos? ¿Y si la familia ha de permanecer unida, por qué tiene que separarse para ir a la escuela?

 

Por lo que todos sabemos: para crear una red de organizaciones afines, que apoyen los objetivos del Opus Dei, y si de paso pescan numeraritos, o supernumeraritos, o se crea un núcleo ideológico y poder, mejor que mejor. 

 

Ahora bien, ¿qué lleva a la jerarquía eclesiástica española a seguir ese juego? ¿por qué defienden el hecho diferencial opusino? Ellos lo saben, pero no nos lo van a explicar.

 

Claro, yo también estoy en contra de dar un sólo duro a un colegio que cultiva el clasismo y el exclusivismo, pero no hay modo humano de demostrar eso, igual que no lo hay de demostrar que son semilleros de futuros numeraritos o supernumeraritos. ¿Cómo voy a estar a favor de sufragar un ideario educativo que piensa que existe “un lugar específico para las mujeres en la sociedad”?.

 

Negarle la subvención a los colegios del opus dei por ese motivo es como encarcelar a Al Capone por fraude fiscal. Pero, evidentemente, es lo que hay. 

No se si recordaréis que hace unos meses una persona ex opus escribio a la web diciendo que no quería mandar a su hijo a los colegios de su barrio (San Blas), pero sí a uno del opus. Como colofón, os cuento que que en una reciente evaluación de colegios, el mejor parado ha sido el público y mixto a donde esta persona no quiso mandar a su hijo.

Un saludo

Ramón







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