El lunes pasado, Pablo envió un recorte de prensa sobre la película que se está rodando de Escrivá de Balaguer. Pablo lo titulaba: “¿Alguien se cree lo que afirma Luis Gordon sobre esta película?”
Copio del artículo el siguiente párrafo de este artículo de prensa publicado en El País, referido a Luis Gordon:
Luis Gordon, antiguo representante de la Oficina de Información del Opus Dei, aclara que se trata de un filme para el que ellos sólo han facilitado el acceso a su archivo. "El equipo del filme nos pidió ayuda para recopilar datos y nosotros les facilitamos la documentación. Ahí empieza y termina nuestra colaboración con esta película. Por lo que sabemos no es una biografía". Para Gordon sería precipitado emitir ningún tipo de juicio de valor.
Es una pena que la mentira esté siempre presente en boca de miembros del opusdei. Es “ese aire de familia” tan característico, ese “buen olor”... de la prelatura. Me escribe un amigo americano: "Contratar a Joffé no tiene mucho secreto, sólo es cuestión de dinero".
El dinero les sobra para presentar a un fundador del que han escrito una historia inventada aunque sea a costa de las aportaciones de los supernumerarios y cooperadores, a costa de no pagar seguros sociales a administradoras y oficiales/as de delegaciones, asesorías y comisiones, a costa de no resarcir a numerarias auxiliares la deuda moral contraída con ellas cuando tras años de servicio (mano de obra gratuita como en tiempos de la esclavitud), se ven en la calle sin más amparo económico que el de sus familias, si es que la tienen. A costa de defraudar a los ministerios de Hacienda de los países donde están establecidos, por esa economía sumergida de la que tanto aprendieron del santo fundador. Ese "aire de familia: lo que siempre se ha hecho, lo que siempre se ha dicho...".
No importa que “la labor” haya caído en picado, eso no lo dicen. Tampoco dicen los centros que se cierran porque nadie pita y los numerarios y numerarias que quedan, que son cada vez más mayores para los que no hay relevos, se buscan residencias de la tercera edad, ajenas a la prelatura (también para agregadas y agregados). Lo que importa para esta desconocida, falsa y fraudulenta institución de la Iglesia Católica (para la cual ya no empieza a ser tan desconocida en sus tejemanejes internos y todo se verá a su tiempo), es hacer una gran producción sobre el fundador, como si de ahí fuera a salvarse de la caída en picado en la que se encuentran.
No es que la prelatura no tenga derecho o no pueda hacer una película sobre su fundador. Lo que no debe hacer -y ha hecho y hará- es mentir sobre que no tiene relación con la misma.
Trascribo a continuación la nota que ha enviado la prelatura a sus oficinas de información con las directrices a seguir para cuando les pregunten sobre esta futura joya de la filmografía mundial, a las que con tan "buen espíritu" se ha sometido Luis Gordon.
Un abrazo,
Agustina L. de los Mozos
