Los contrastes y la objetividad de la realidad.- Armando
Fecha Wednesday, 03 June 2009
Tema 020. Irse de la Obra


Me ha llamado la atención el contraste de dos artículos aparecidos acá el día 1 de junio del presente año. Uno es de Calandria quien nos viene a decir, en pocas palabras y según mi entender, que estamos equivocados. Reitero que es lo que saco de conclusión al finalizar la lectura de su escrito. El otro es de Alameda que en síntesis nos comparte sus sentimientos actuales después de haber dejado el opus. Comentaré ambos.

Admiro tu temple Calandria en cuanto a sostener lo que dices con argumentos tan poco sólidos, dejándote llevar por el corazón. Concuerdo en ese punto en cuanto y tanto el razonamiento de las cosas de Dios nos pueden llevar a unas discusiones bizantinas y muchas veces, sin sentido. Pero deducir que de tal análisis estamos con la verdad en mano, sería un error en cuanto al tema que nos reúne acá. Me explico...



Aduces que “en la obra no hay errores porque es un invento de Dios”, con este punto de partida no hay posibilidades de un debate serio, menos aún de un diálogo cordial porque lo único que te falto añadir fue: “y quien diga lo contrario es un anatema”, para seguir el modelo de los anteriores Concilios. Una vez afirmada esa premisa ¿qué puede decirse en contra?. Desde un punto de vista eminentemente dogmático –pero no me refiero a la teología dogmática sino al dogmatismo de la frase-, quedará solamente callar y dejarte ir por tu camino, que eres libre de continuarlo. Pero desde la experiencia de vida de cada uno y de cada una de los que escriben acá y leen esta página, este argumento tan radical, no pasa ni la menor crítica.

No creo que Dios quiera una institución donde se trata el alma como suele hacerse en el opus dei. Hablas que cada uno es la institución, pero mira tú por dónde la contradicción en cuanto a que nos decían eso que tu afirmas, a la vez que nos recalcaban que cada uno era responsable de sus actos a la hora que algo no salía bien, por lo cual te invito a que revises su postura porque contradice lo que se enseña a los miembros sobre el opus dei.

Acá hay muchos testimonios de abusos, de faltas graves al fuero interno de la consciencia, de atentados contra el Derecho Canónico y un sinfín de aspectos más que no pienso enumerar porque son conocidos de todos, por lo cual considero ocioso el venir a decir que no hay equivocación alguna porque Dios está de por medio. Hay tanto por donde desbancar tal afirmación que la misma cae por su propio peso.

No metamos a Dios en estos intereses sectarios como son los del opus, no vengamos a decir que Dios está en medio de tal empresa, porque Él no lo está. Y no lo está sencillamente porque Dios es AMOR y no una institución. Dios no ha institucionalizado su AMOR hacia nosotros y por tanto, reducirlo a los límites institucionales, es lo más alejado a su SER.

Asimismo, me parece bien que defiendas a la obra porque tú crees que es lo más correcto, por eso te decía lo de tu temple en párrafos anteriores. Y esto lo afirmo porque yo también creí que era de Dios, salí convencido que era así y quien había fallado era yo, quien había vuelto la vista atrás era tu servidor, la persona que había vendido su primogenitura por un plato de lentejas era quien te escribe ahora. Total que estaba seguro que esto era así, con la misma seguridad con la cual tú lo afirmas en tu escrito del lunes recién pasado.

Pero por casualidades de la vida, aunque en la misma no hay nada que sea casualidad, me encontré con esta página y el internarme en su lectura me hizo abrir los ojos. A medida que iba leyendo, contrastaba la información con lo vivido, con momentos, escenas, hechos, actitudes que a la larga, daban como resultado que los testimonios eran verdaderos y lo son precisamente porque se ajustaban a la realidad de lo que había vivido.

No existía nada inventado, ni generalizado, ni daba oportunidad para tratar de mitigar la consciencia bajo el argumento que era cierto en un 5, 10, 15, 35 o lo que fuera de porcentaje, era cien por ciento real. Lo que leía eran vivencias de personas de las cuales nunca me había enterado de su existencia, pero la similitud de hechos vividos me hizo darme cuenta de lo próximos que estábamos cada uno. Por tanto, en síntesis, el problema no era que una o dos personas dentro de la institución interpretaban mal el querer de Dios y eso había forzado la salida de algunos; el problema era, es y seguirá siendo institucional.

Por otra parte, tu vehemencia en la defensa del opus choca con la realidad de que tú leas esta web. Vamos, que estás en todo tu derecho, eres libre de hacerlo y eso no te lo objeto, lo que si no comprendo es con qué fin entras acá, ¿para defender a tu madre guapa?, pues no creo que sea el lugar más indicado para hacerlo. Te lo pondré con un ejemplo que puede ser tonto y lo reconozco de entrada, pero útil a efectos de lo que deseo decirte.

Es como si yo asistiera a las reuniones de los Alcohólicos Anónimos y para captar adeptos, saliera luego a beber copas con los posibles “fichajes”, ¿absurdo verdad?, pues si, porque no es la forma de llegar a los interesados, no la más apta porque a la larga, pueden hacer caer al mismo vicio nuevamente a aquel cuyo celo lo lleva hasta la misma “cueva de los lobos”. Pues igual, no creo que esta página sea la más apta para ti, tu lectura te hará daño y te provocará –lo intuyo- una crisis emocional de la cual te debes cuidar. Tampoco considero que sea el foro idóneo para venir a decirnos lo que dices y que nos quedemos tan panchos como si no ha pasado nada.

En contraste está el artículo de Alameda, en el cual nos abré el corazón y nos comenta que después de 33 años se ha ido. Si antes Calandria trata de convencernos que no es como nosotros decimos, el testimonio de Alameda es contundente. Los sentimientos que leo en ella los viví en carne propia, ese sentirse como se siente ella sé de que se trata porque lo padecí, por lo cual no creo que sea una invención de ella, es la realidad cruda, dura y concreta de lo que se padece dentro del opus que lleva a muchos a salirse.

Te felicito Alameda por la decisión que has tomado y efectivamente como tu afirmas, si hay una vida después de ese trance, se puede salir adelante, se puede ser feliz y es más, te digo que es a partir de ese momento en que realmente uno puede plantearse ser verdaderamente feliz, sin ataduras espurias, sin normativas, sin criterios, sin falsos cielos, sino tal y como es la realidad.

Sigue leyendo lo que acá han comentado muchos y muchas, verás que todos, con sus matices, hemos pasado por situaciones similares a la tuya y hemos logrado salir adelante. Sé que tú lo lograrás, a partir de ahora has nacido nuevamente, por lo cual te invito a que aproveches esta oportunidad para vivir plenamente sin cortapisas, sin temores, sin la sombra del dios tiquismiquis que nos decía magistralmente Heavy en uno de sus escritos.

Hormiguita nos recuerda lo que Escrivá pensaba de los que nos habíamos ido. Pienso que ha sido muy oportuno el sacarlo nuevamente a colación, porque como verás Alameda, esas palabras no tienen nada de evangélicas y si de egoístas y mezquinas.

Espero leer por acá como te va en esta nueva andadura. Te deseo lo mejor, te mando toda la fuerza positiva, toda mi energía cargada de buenos deseos para que pronto salgas de esos sentimientos de “culpabilidad” que ahogan el alma y puedas ser feliz. Ten presente que tú no tienes culpa, la culpa es de la institución. Tu se lo has dicho al Señor en el Tabernáculo y te has ido, porque ha sido precisamente Él quien te ha dicho “ven”.

Un fortísimo abrazo Alameda.

Ángel V.







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