Querida Alameda:
Aunque siempre que entro a esta web me quedo con las ganas de escribir y contestar a muchos las cosas que escriben y preguntan, no lo hago por la simple razón de mi falta de tiempo, con tu escrito no puedo evitarlo, no puedo dejar de dedicarte aunque sea unas pocas líneas. Creo poder comprenderte mucho, porque yo desde hace unos pocos meses tomé la misma decisión que tú, al parecer tu lo hiciste después de 33 años y yo de casi 30 largos años. ¡Enhorabuena, nunca es tarde cuando la dicha es buena!. No es una decisión fácil, pero te aseguro que VALIÓ LA PENA, valió la pena pasar por todos esos pesares previos y posteriores, porque ante nosotras se abrió una segunda oportunidad para sacarle jugo a la vida.
Por mi propia experiencia te puedo decir que no te arrepentirás para nada, al contrario, cada día que transcurra será mejor, más lindo, más pleno por la sencilla razón de que los estás viviendo tú cara a Dios, y no cara a los códigos arbitrarios y carentes de humanidad de esa institución que ha pretendido robarse todo lo nuestro, a cambio de una linda teoría y una praxis casi cruel. Comprendo en parte lo que nos cuentas, que todo fue sin vueltas, un día de un lado y al otro día del otro. A mí también me pasó algo similar, luego de un proceso de años de malestar, DE PRONTO SE ROMPIÓ TODO, así, sin ninguna explicación más que esa y cuando lo quise recomponer ninguna pieza encajaba. Fue entonces cuando descubrí que la falla no estaba tanto en las personas ni en sus directores, escritos y cuanta cosa se le quiera agregar.
La profunda falla que encontré radica en que es un SISTEMA ENFERMO, lleno de síntomas que se van despertando por todo el cuerpo cual clamor de no dar más. La única forma de llevar una vida digna de ser vivida la encontré saliendo de ese sistema, de lo contrario terminaría tan enferma como él.
Alameda, cuántas cosas que me gustaría compartir contigo y con todos los de esta web, estoy segura de que no nos conocemos y vivimos a más de 5.000 Km. de distancia (en diferentes continentes), pero si te interesa establecer algún contacto conmigo, pídele a Agustina mi mail.
Gracias a ti por escribir y estoy segura que todos al leerte sentirán mucho cariño y admiración por ti.
Un abrazo muy fuerte, con verdadero cariño.
Celeste
