Ahora tiene la oportunidad de convivir en un ambiente de libertad, emotivo también, de amistad, y disfruta de ello.

Mi comentario es el siguiente, creo que, obviamente, el ambiente en el que ahora vivie Maripaz le queda mejor que aquel que describe en sus escritos cuando vivía dentro del opus dei, enferma, pues ahí no tenía la posibilidad de encontrar un sitio adecuado para su personalidad sin fronteras.

Creo que el opus dei tiene la obligación de ofrecer un ambiente de libertad dentro del mismo, expecialmente con las numerarias auxiliares y con los menores de edad, de hacerles sentir la libertad, especialmente a quienes nececitan más de ella. La historia de Maripaz es una historia que ya tiene un camino de felicidad, pero muchos dolores de cabeza le podrían haber evitado, si el opus dei hubiese actuado de manera diferente con ella.

En la época en que yo fuí numerario, siendo un menor de edad, muchas de las pláticas de los dierctores y de los sacerdotes se trataban de los deberes. Siempre eran como la lectura de nuestra cartilla de obligaciones. Supuestamente había libertad, pero si te alejabas un poco, te llovían correcciones por asuntos que no eran faltas a la moral ni nada por el estilo. Lo peor de todo es que al parecer la virgen y dios estaban  muy contentos con el opus dei, y que lo único digno en la vida, espiritualmente hablando, era morir como un limón sin jugo. Que si te alejabas del opus dei ponías en peligro tu salvación eterna, y cosas por el estilo.

Creo sinceramente que Maripaz vive una vida más cercana a jesús, que la que vivió el fundador del opus dei, por más que sus seguidores lo pongan a lado de la imagen de san josé. Se me hace más fácil, si viviera jesús, que pasara una tarde en compañía de Maripaz, Colibrí, books, que en una residencia del opus dei, con todo y sus oratorios.

 

Paiquito