Abusos sexuales y más.- Ana Azanza
Fecha Monday, 18 May 2009
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Efectivamente Isabel Sala tienes razón, no hemos reaccionado al escrito de Tolosa como se merece. Me parece muy justo y sensato todo lo que has escrito sobre este tema.

Yo sí lo había leído. Toda mi solidaridad para las víctimas de esos abusos.
 
Luci tiene también mi apoyo y lo que dice sobre sordera, ceguera.... sin abuso sexual por medio, pero lo hemos sufrido al irnos del Opus. Nadie te apoya, nadie de tus supuestas hermanas te defiende ante el acoso de los directores para hacerte la vida imposible y que al final cedas y "reconozcas tu culpabilidad", es decir, entres por el aro. O pierdas los papeles.
 
No comprendo que se confundan abusos sexuales con abusos psicológicos, ni que se haga una jerarquia entre ellos. Todos los abusos contra una persona son rechazables igualmente, tampoco sé a qué vienen las clasificaciones de pecados de los manuales decimonónicos. Hay que denunciar al opus en nombre de los derechos humanos, eso lo entiende cualquier hijo de vecino.
 
No ví abusos sexuales  como no ví otros abusos de los que yo misma era protagonista. Y como bien dice Isabel Sala pasaban muchas cosas de las que no nos enterábamos porque el opus trabaja muy bien la falta de información, la sugestión, el recurso a "lo sobrenatural" para meterte pájaros en la cabeza.
 
Mi experiencia en el opus en lo que a sexualidad se refiere fue absolutamente blanca. No me enteré de ningún abuso ni ví relaciones homosexuales, aunque luego me han dicho que existen dentro, ni tampoco sospechaba que existían "ni en el mundo ni en general fuera de él", por usar una expresión kantiana, abusos sexuales. Es decir, no tenía ni idea de que desgraciadamente en el mundo católico son relativamente frecuentes los casos de pederastia y con razón. Nunca hay razón para abusar del débil, pero mi poca experiencia acumulada en estos siete años de vida "en la realidad" me ha enseñado que es de lo más común abusar de quien está en situación de dependencia.

Se suele abusar de quien no se puede defender, aprovechando una superioridad social, como la de un cura sobre los feligreses. Los directores opus tienen un problema gravísimo y es que nadie les tose.  ¿Quién hasta el día de hoy le ha leído la cartilla a un jerifalte opusiano como se merece? que yo sepa ni siquiera un obispo ni el mismo papa han dado el golpe en la mesa.
 
Por eso los casos que cuentan Luci y Tolosa son tan graves como cualquier otro tipo de abuso que hayamos podido sufrir los demás. Y como bien dice Luci, los problemas no se atacan en la raíz sino trasladando a la gente de sitio. ¿Acaso no es eso mismo lo que se hacía en USA con los curas acusados de pederastia? las víctimas tienen la culpa.
 
Toda esta manera de actuar en la que lo importante por encima de cualquier consideración es la imagen, sea en el caso de una diócesis o en el del opus, me parece que nada tiene que ver con el evangelio.

Tampoco sabía que hay numerarios a los que se les permite ir de putas o tener relaciones con mujeres, estando en el opus si alguien me lo cuenta me hubiera parecido el mismo demonio. No fui consciente de que las numerarias se relacionaran con hombres ni como amigas ni como amantes. En mi caso se explica, pues viví gran parte del tiempo con "viejas locas".

 A mí también como a Isabel me extraña otro asunto: aquí no se ha hablado de "affaires" hombres-mujeres que hayan sucedido en la universidad de Navarra, por poner un ejemplo. Y me parece de lo más lógico que haya historias por descubrir. Yo tengo sospechas de que cuando algún profesor joven desaparecía del mapa, en esas desapariciones tan típicamente opusianas, en más de un caso habría algún asunto de chicas por medio.

Sí he percibido en los escritos de algunos ex numerarios hombres que reflejan bastante inmadurez cuando estaban dentro. Pero la represión feroz de los afectos y de la sexualidad que hemos vivido hace que lo que para un hombre en situación normal es sólo un cuerpo de mujer más, para un numerario se convierte en una tentación del demonio y una carga, un ataque a la vocación. Una obsesión y al final una chifladura.
 
No recuerdo escritos concretos, en el capítulo de sexualidad y afectos se pueden encontrar los relatos de las luchas por no masturbarse o no mirar a las chicas que son absolutamente ridículos. Se concentran las energías de la persona en unos asuntos que no tienen nada del otro mundo, esto creo yo es de lo que más nos empequeñece, lo que más títere nos volvía. Porque con el asunto de la sexualidad reprimida que sale por sus fueros, los directores tiran del hilo de la culpabilidad que es una maravilla.
 
La sexualidad en el opus dei es como todo: se utiliza para mantener a los de abajo a raya. Y a los de arriba contentos.
 
Todas las normas de las mangas en el comedor, separaciones de puertas, dobles llaves.... no hacen más que magnificar, darle más morbo aún a un asunto  tan natural  como la vida misma y sin el que no estaríamos hoy aquí ninguno de nosotros.
 
Ana Azanza








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