Hola, buen día a todos,

Me uno a los comentarios referentes al escrito de Tolosa, y he de decir que no tengo por qué estar o no de acuerdo, pero lo que sí puedo afirmar es que yo no ví ni viví nada similar.

Viví durante cinco años en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa, y he de decir que nunca vi ni sospeché cosa alguna. hoy en día se habla mucho de que los seminarios estan llenos de gays que entran o para huir de una realidad que no quieren enfrentar, o para justificar el no tener una pareja del sexo opuesto y disfrazar su condición, sin embargo yo no ví nada parecido en Bidasoa.

Ciertamente se hablaba poco de sexualidad, o más bien nada, y pienso que es un error en la formación, porque las hormonas no nos las quitan, y con sólo hablar de pureza (que aún creo que es una virtud) se quedan muchas cosas en el tintero, sino que hay que buscar una formación más integral, más abierta, más humana. Sin embargo, no me tocó ser testigo de nada desordenado en este aspecto dentro del seminario.

No dudo que Tolosa haya vivido esa experiencia, deleznable en sí, y le brindo mi apoyo total, y creo que en su caso, el Dios que quiero ver al final es el Dios de la Justicia, el que exige el pago de cuentas, porque lo que ese "doctor" hizo debe ser un pecado que clama justicia a voz en grito. Tolosa, un fuerte abrazo de mi parte.

Por último quiero verter mi opinión sobre esta página, que leo habitualmente. Me parece bien en muchas cosas, pero algunos escritos me parecen sacados de un corazón dolido, o como se dice en mi tierra: "ardido". Que lastima que cuando alguein sale de una institución cuyo objetivo y fruto debiera de ser bueno, se produzca ese mal. A todos los que a mi parecer escriben así, son a los que más estimo, porque son a los que más daño se les ha hecho y si esta página sirve como válvula de escape ante eso, pues que bien.

Saludos a todos.
Verdad