Inveterada juventud.- Julián
Fecha Monday, 27 April 2009
Tema 010. Testimonios


En un viaje hace veinte años que afortunadamente hizo escala en Holanda aproveché para visitar el museo de Van Gogh.  Fue una de esas experiencias como la del pianista o la flor que han sido comentadas por otros en esta web.  Para mi esa escala de libertad y autonomía por 12 horas fueron una maravilla.  Recuerdo el primer cuadro de las patatas y pensé en que a nadie le gustaría poner un  cuadro tan triste en su casa, menos mal que existen los museos... pero luego me quedé maravillado observando el efecto de los autorretratos de Vicent Van Gogh. De cerca sus cabellos eran puntos rojos, azules y amarillos, de lejos adoptaban un color café...  Eso mismo era mi vida, cada día era solamente un punto y en aquel entonces misticamente pensaba que el Padre era quien tenía la visión de altura y que si yo era un instrumento docil podriá hacer del Opus Dei una verdadera obras de arte al tiempo que yo también era yo mismo Opus Dei. Descubrí en ese momento que yo no era "del"  Opus Dei, sino que el Opus Dei era mio, y como yo hijo predilecto de Dios, a mi- en la medida del punto que cada día me tocaba pintar- corresondería comprobar que si era posible hacer el Opus Dei en la tierra siendo yo mismo Opus Dei, así vendrían otros y otros y otros más... y se convirtiera en realidad lo visto por nuestro Padre ese 2 de octubre de 1928.
 
Hace poco volví al museo. Ya lo habían remodelado, estaba saturado de turistas... pero los autorretratos seguían ahí y en esta ocasión lo que pensé es que el mismo Opus Dei es quien cambia dependiendo de donde se mire.  De cerca es pecado contra la unidad simplemente pensar que algo no va bien, de lejos es un buen montaje, como la escenografía de un teatro, que resulta totalmente irracional que alguien llegara a pensar que es verdadero camino de santidad. En suma pensé que  era como si la obra de arte del Opus Dei a la que yo me entregué en cuerpo, alma, espiritu, mente... unos @#$%¨& directores burocratas encerrados en su torre de marfil, lo hubieran suplantaron por una pagina de calendario...  todo porque esos mismos burócratas, si salieran a ganarse el pan cotidiano, se morirían de hambre.
 
Estoy convencido de que era así para quien vivió como numerario al 100% su vocación.  Hoy por hoy el Opus Dei no es más que un cadaver que ya apesta y es necesario enterrar.  Así pasado el tiempo del "duelo" puede recordarse lo bueno y olvidarse o superarse lo malo. Por ejemplo en mi caso también considero que me robaron la juventud, pero ahora en los albores de mis 50s me siento con toda la energía, alegría y experiencia profesional para disfrutar de la vida.  Valió la pena!  Misión cumplida!  Gracias a que me metieron al congelador ahora de verdad "vivo".  Una alegría que posiblemente es semejante a la de quien estuvo ciego casi 30 años y ahora puede ver.  Para todos los que aún estan dentro mis mejores deseos:  DOMINE UT VIDEANT!!!
 
Julian.








Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=14576