Querido Raúl:

¡Bien por los valientes! Bienvenido al club de los desencantados de la cosa que no se resignaron a mal vivir y colaborar, al “quien calla otorga”.

No sé en qué lugar estás, pero desde aquí te deseo suerte, no te sientas solo en estos momentos, porque estás pero que muy muy acompañado.

Estos malos ratos los hemos pasado todos, son nuestras heridas de guerra.

Tengo muchas preguntas para ti, pero ahora no quiero molestarte, esperaré para leer atentamente tus reflexiones que nos interesan a todos y a todas.

Hace tiempo que pedí en esta web que los que hubieran sido directores hablasen, es muy importante. Yo todavía a estas alturas desconozco muchas cosas sobre estructuras y comportamientos, documentos que se elaboran sobre las personas y demás.

Seguramente te reirás si sabes que aún me pregunto qué contendrían los sobres que nos hacían llevar de un centro a otro, el “correo” interno. Y qué serian aquellos papelitos de colores que alguna vez veíamos sobre la mesa de la directora cuando entrábamos por una urgencia y ocultaban rápidamente. Escribiendo esto pienso: Pareces tonta, cualquiera se lo puede imaginar, pues no, la realidad supera las ilusiones.

Espero que estés a gusto en tu nuevo hogar que irás construyendo poco a poco, que veas la tele si quieres, que vayas al cine, para mi fue una experiencia impactante, aunque al principio miraba con cuidado por si veía en la cola a alguien de San Rafael. 

No dejes de pasear de buscar amigos, y –si por casualidad ya no los recuperas– aquí tienes muchos, dalo por seguro.

Hasta pronto, interesan mucho tus noticias. Con todo afecto

Txiqui