Querida Agustina y todos los participantes y lectores de la web:

Hace poco, se cumplía un año desde que os conocí y quería agradeceros, como una necesidad vital de mi corazón, el haberos encontrado.

Agustina, públicamente quiero decirte que ha sido una suerte haberte tenido como amiga, a lo largo de este año. Aún sin conocerte en persona (quizá pronto pueda hacerlo) has sabido conectar con mi interior, con mi estado de ánimo. Casi tres veces en semana, los escritos de mi testimonio llegaban a tu ordenador y me sentía escuchada, querida...

Habían pasado casi diez años de mi salida del opus dei y no había vuelto a hablar de mi pasado con nadie. Era imposible que me entendieran, aún poniendo toda su buena intención. Les hablaba de algo tan extraño, que era difícil contactar con mi alma...

Silenciosamente, lo fuí guardando en el fondo de mi ser, echando encima la tierra dolorida de mi fracasada vida. Y me fuí curando de mis heridas poco a poco...

Al descubrir la vida en libertad, con toda su belleza, hizo que empezase de nuevo a vivir. Con mi carácter optimista y soñador, seguí siendo la persona idealista que había sido siempre dentro de la obra, pensando que iba a disfrutar de lo que me quedaba por delante.

Confieso que al principio, no fue nada fácil; sin amigos, sin dinero, en un ambiente distinto... solo me ví arropada por el cariño de mis padres y hermanos, y con ellos, era mucho más llevadero. 

Cuando mi hermana pequeña me hizo saber que existía la web, quizá se había dado cuenta hacia tiempo de que mi herida, había cicatrizado en falso, y dándomela a conocer, sería una manera de ayudarme . Cuando me fuí a vivir a la obra, ella, era una niñita de cuatro años más o menos. Era mi niña del alma...

Como el cariño de nuestras familias es auténtico, a pesar de la distancia y el poco trato que he tenido con ella a lo largo de treinta y cinco años, no ha muerto y lo tengo en la actualidad, como un verdadero tesoro.

Empecé a leer con avidez cada testimonio, cada documento, cada escrito... Miraba una y otra vez, las fotos de "Quienes somos". Con emoción, descubrí, rostros queridos...

Toda la tierra que había echado encima, como si de un terremoto, se tratase, salió al exterior y saltó por los aires.

Mi herida de nuevo quedó en carne viva y lloré lentamente, intentando recomponerme...

Serenamente, una vez pasadas las primeras emociones, tuve la necesidad de poner por escrito mi testimonio. Apenas me acababa de comprar el ordenador y no sabia ni darle al teclado.

Era igual, cada noche, después de acostar a mi madre, luchaba con el ratón para poner el punto y seguido, las comas... A veces, no sé donde daba y zas, desaparecía...

Pero tenia una necesidad imperiosa de compartir mi historia con alguien que la pudiera comprender de verdad.

Y aquí, entra Agustina y cada uno de vosotros. Me latía el corazón cada vez que alguien decía algo sobre lo que yo escribía.

Fuí noche a noche, vaciando mi interior, mis años pasados, mis vivencias buenas y malas y comprobé asombrada, que era escuchada, querida, comprendida...

Fué gracias a vosotros como pude, por fin, curar mi herida para siempre y quedarme vacía... vacía de rencores, de reproches inútiles y llenos de amargura, de culpas propias y ajenas.

Por fin, había recompuesto mi alma, y desterrado mi pasado para siempre.

Perdonad si lo que escribo queda demasiado "novelero", no puedo evitarlo... ni el paso del tiempo ha logrado cambiar mi imaginación calenturienta. Soy apasionada, pongo el corazón a tope en todo lo que hago (gracias a Dios, le quité todos los cerrojos).

En varios momentos al escribir mi testimonio, os decía que me moría de ganas de volver de nuevo a Sevilla y quiero compartir con vosotros, que mi sueño, por fin, se va a hacer realidad. El viernes 24 saldré para allá.

Estoy emocionadísima!!! Os puedo asegurar, como dice mi amiga Julia, que no voy a ningún curso anual...

Podré recorrer muy despacito las callejas del barrio de Santa Cruz; en la Plaza Doña Elvira se detendrán los años  viendo la puerta de los clavos dorados y la celosía del ventanal, de mis tardes planchando sin parar.

No habrá problema de perder el tiempo extasiada contemplando la buganvilla, recién estrenada de la primavera, como nos cuenta Carocha. ¿Se puede perder el tiempo contemplando la belleza de las flores?

Prometo contaros el cúmulo de sensaciones y vivencias de mi loco corazón en estos dias.. jajajajaja

Podré visitar la feria y asistir al "alumbrado”, nunca pude hacerlo, durante mi estancia allí. A esas horas, dormía , quizá sin almohada si era mi "noche de guardia"...

Compartiré risas y cariños con amigas de verdad. Haré fotos y videos de cada rincón.

Hasta pronto amigos, y gracias por todo.

MariPaz