!Vaya!...fue como dar una patada a un avispero! Desconcertado me habeis dejado:no veo que declarar mi profesión pueda considerarse ofensivo o, al menos provocativo. Podría haber sido Catedrático, o militar, o tornero...pero soy diplomático; mejor o peor, eso serán otros quienes lo digan; y no comparo nada con nada. Ante tanto trauma, que por supuesto respeto, expongo mi situación de no traumatizado por los pocos años (aproximadamente los mismos que Agustina) durante los que fuí numerario.
Claro que pasé mis angustias y zozobras; como cada hijo de vecino. Pero no siento la marca de Caín ni considero tiempo perdido el que pasé en el Opus Dei. Fue, para mí, una experiencia interesante, con satisfacciones y con pesares pero, esencialmente, FUE, en tanto que para la mayor parte de quienes escriben en esta web parece continuar siendo una insoportable carga. Lo lamento en serio y tengo la certeza de que hay métodos más sanos de superar el pasado que continuar comiéndose el coco por los siglos de los siglos.
Otra vez, con cariño, adiós y espero que esta vez sea de verdad punto final.
Diego María Sánchez Bustamante
Cónsul General en Amsterdam (con perdón)
