Mi historia (IV). La familia numerosa y pobre.- Txiqui
Fecha Friday, 03 April 2009
Tema 010. Testimonios


 

Mi Historia (IV). La familia numerosa y pobre.

Txiqui, 3 de abril de 2009

 

 

A partir de aquel momento, nos empezaron a dar unas clases que explicaban el “espíritu de la obra” y se controlaba semanalmente la confesión y la carla fraterna donde se revisaban todas las normas. No abundaré sobre el plan de vida porque otros ya lo han hecho. Tampoco en las mortificaciones, en el cuidado de las “cosas pequeñas”.

 

Como fui viendo a lo largo de aquel curso, dos personas habían “pitado” en esos dos meses, una en particular fue una sorpresa ya que era muy inconformista y la típica del partido comunista adicta a amistades poco confesionales y a todas las revueltas universitarias. Y aunque como dice el refrán  todos los extremos de juntan, el hecho se presentaba como milagroso...



También pasó que su hermana numeraria en aquel momento fue la última en enterarse. La responsabilidad que recayó sobre ésta fue tremenda, dada la radicalidad de la anterior que estaba bajo su custodia. Un día sin mas ni mas al cabo de seis meses desapareció de la casa donde sus padres las mantenían mientras estudiaban la carrera (eran de otro lugar) y se fue “a vivir al centro”. Aún con todo la mayor aguantó el descabello, no sabemos si con visión sobrenatural o  resignación cristiana . Era una persona sumamente cumplidora con una conciencia personal muy recta, al cabo de unos meses dejó la obra .

 

Mientras tanto, siempre se intentaba que las adscritas asistiéramos a poder ser a misa por la mañana antes de ir a las clases. Antes las numerarias del centro ya habían hecho la media hora de oración.

 

Como era hora muy temprana, creo que las ocho, con el ayuno, salíamos sin desayunar. En estas condiciones no se podía ir a clase o a donde fuera. En un principio nos invitaban a mi hermana y a mi a desayunar.

 

Como Mari Paz y las numerarias auxiliares (las mejores personas y cocineras de este mundo) bien saben, los desayunos eran muy buenos. En días normales había embutido, pan, mantequilla y bollo o bizcocho, en los de  fiesta unos croissant de una pastelería que era única y carísima. Para hacerles la vida agradable a nuestras “hermanas” salíamos corriendo después de la acción de gracias para traerlos “recién hechitos”, se acompañaban de queso con mermeladas o compotas selectas.

 

Se me olvida un detalle muy importante. Desde el primer momento, como era profesional, entregaba el sueldo. Sacaba de la cuenta del banco, íntegramente, todo el dinero, dejando la libreta bancaria en el centro. Se me daba la cantidad que necesitaba para los pequeños gastos que teníamos. Estos gastos se anotaban cuidadosamente en una hoja de la agenda y se entregaba una vez al mes.

 

Enseguida me acompañaron de compras, como era la costumbre con una numeraria, “porque éramos una familia”, a la casa de modas de mas prestigio. Yo iba encantada. Siempre me ha gustado vestir bien pero aquello era demasiado. Hay muchos contrastes entre unos y otros, en un mismo centro puedes encontrar quienes gastan muchísimo y otros tienen cosas muy inferiores o casi siempre “heredan”.

 

Al cabo de poco, vi que mi hermana no se quedaba a desayunar, sólo me invitaban a mi, se iba directamente a la facultad y callaba. Lo encontré tan violento que lo comenté en la charla y la dirección espiritual, pero a partir de entonces aunque me invitasen procuraba eludirlo. Deduje y supongo que vosotros también que como “no conseguía “donaciones de mis padres”, era menos grata” y claro está que a estos ni pan ni agua, había comenzado para ella el “rejalgar”.

 

A pesar de todo, al principio se experimentaba una sensación que llamaría “de iluminación”, andabas en una nube. Sobre este fenómeno entraré en detalles en próximos artículos, ya que es común en personas que entran a formar parte de cualquier sociedad dentro de la sociedad, de cualquier grupo fanático o secta.

 

En las tertulias se alababan mucho las cosas que enviaban los padres, las tías, los familiares. Recuerdo a una numeraria que explicaba que su tía había regalado una olla a presión muy cara y esto fue utilizado como elemento educativo-ejemplarizante. En concreto este hecho me hizo una profunda mala impresión porque sabíamos que su tía era bastante pobre, seguramente para sí no la habría comprado.

 

Un día recibimos visita de una directora de la “delegación”, que venia comunicando a todos los centros que se necesitaba dinero para ayudar a construir un colegio mayor, que la familia era numerosa y pobre, que siempre se hacia corto porque la labor crecía. Como consecuencia cada uno debía pensar a quien podía pedir dinero, haciendo una lista. De esta manera se me ocurrió ir a pedir dinero a un tío mío. Así lo hice.

 

Pero, ¡oh sorpresa¡. Mi tío que no era nada tonto, vio el plumero y me dio una cantidad que para ser regalada era bastante, pero no los millones que se imaginaban. Se le dijo aquello de que tendría una parcela en el cielo…, que cuando llegase allá lo saldrían a esperar por esta donación que hacia a la obra. Él contestó cortando de inmediato el discurso que solo pretendía que se lo enseñaran cuando lo inaugurasen. Pero…, donde dije digo, digo diego. Aún es el día en que solo por buena educación recibiera comunicación ninguna, ni las gracias.

 

Continuaré en otra ocasión . Hasta entonces, cuidado con ellos que son la CRISIS, en un plis plas, te dejan en camisa.

 

Ahora acabo de oír en la tele que la reunión del G-20 ha decidido acotar los paraísos fiscales, a lo mejor habría que enviarlos a Villa Tevere.

 

Hasta pronto, que Dios nos ampare.

 

Txiqui

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