Toda la razón a lo que contesta EBE a Calandria, respecto a cómo te sientes dentro del Opus Dei a medida que pasa el tiempo.

En efecto: se pasa de sentirse elegido y privilegiado por tener esa vocación que te dicen, a pensar: “con la cantidad de gente buena que hay por ahí y me ha tenido que tocar a mí....”

Suscribo sus palabras: cuando me preguntaban por qué lo dejaba tras 20 años dentro siendo “fiel”, y no en mal plan, contestaba: porque si seguía dentro, me moriría.

Lo digo sinceramente: siempre pensé que si seguía allí acabaría muriendo de pena, de sinsentido, de absurdo. Y si, total, todos vamos a morir, puesto que yo no tenía vocación, iba a irme, a ver si sobrevivía.

No sólo no sobreviví, sino que aprendí lo que es la vida real. Sigo siendo tan buena cristiana como antes (sólo Dios conoce lo que hay dentro de nosotros) y, desde luego, viva y muuuuuuy feliz, gracias a Él. Y por supuesto, no me paso el día entero pensando en el infierno, como me sucedía al plantearme la salida.

Besos para todos los de dentro y los de fuera.
U2