Saludos a todas y todos.

Por eso del 19 de marzo, se me ocurrió una duda. Desde el punto de vista de “estrategia” de la organización, que sentido tendrá para el Opus obligar a sus miembros a renovar sus compromisos todos los años?

¿No seria más sencillo (y mejor para la organización, para que la gente ni siquiera tuviera una vez al año la tentación de pensar en no perseverar) que la fidelidad fuese entendida como un “sí” ad aeternum, sin necesidad de renovación?

Imagino que desde un marco jurídico no se pueda hacer eso, pero ya que el OD se peleó con la Iglesia por tantas cosas en su historia, ¿por qué no pelear por no dar a sus miembros la chance de escaparse?

Y aprovecho para, muy tarde, agradecer a Atomito la gentileza de su respuesta a mi envío. Sus posts son de los que más leo en Opuslibros.

Dufresne