Hola a todas las orejas y.... gracias por existir.
Hace tiempo que no escribo. Aprovecho para remitiros un escrito que he colgado en varios foros (excepto en el oficial del opus y el del periódico digital el Pais, que no lo han permitido) sobre la calle de Zaragoza.
Y para comunicaros que ya he salido del armario. Y que me importa un chiflo que sepan que tengo una "feliz" existencia, que vivo en paz siendo quien soy. Que otra vida es posible. Y tanto que es posible una vida mejor incluyendo sus propios abatares y las secuelas que nos dejó la secta. Yo soy, soy fruto de todo eso y...en mis manos está el vivir con mayor consciencia el momento presente y transformar esos mensajes o pensamientos erróneos y heredados en los mios propios. Acordar conmigo misma unos principios que favorezcan mi autoestima. En eso estoy, je,je.
La verdad de la calle del opus
"La calle del opus" "la historia que queda en el callejero". Estos días aparecen lights comentarios al respecto. Que el alcalde socialista de la ciudad quiera poner el nombre del fundador del opus a una calle de Zaragoza, solo lo atribuyo a intereses de poder o... a simple ignorancia....
Aduce a su compromiso con uno de la secta, cuando el compromiso debería ser con los ciudadanos aragoneses. No me explico como alguien que sustenta un poder democrático quiera ensalzar al jefe de una sibilina secta fanática y peligrosa. Catalogada como tal en varios países europeos.
Doy fe que allí se practican técnicas propias de cualquier secta. Se manipulan las conciencias, el pensamiento, los sentimientos y el dinero. Y lo peor de todo, lo practican con menores que no pueden defenderse. Su fanatismo arrasa con todo. A mi oficialmente me pillaron con 15 años, aunque de hecho ya estaba dentro desde los 9 años.
20 de los 22 años que pertenecí a la secta, viví en Zaragoza y... prefiero no recordarlos. Un auténtico infierno. Para quien desee informarse le remito a la web www.opuslibros.org en la que firmo mi testimonio como "luna". Allí descubrí los cientos de personas de todo el mundo que han padecido las mismas atrocidades que cometieron conmigo. La sinceridad y equilibrio de los testimonios me sirvieron en su día de catarsis y curación.
A mi lo de la calle me da un poco igual, aprovecho esta ocasión y la brindada en bandeja por el valiente Javier Feisser por "Camino", para destapar la cara oculta del opus y desvelar lo que hay detrás de su cara bonita, que la tienen: "santificar el trabajo"... y demás mensajes atractivos. Esa "buena planta", el poder, el dinero y con todos los miembros de la secta sometidos, manipulados, aislado en una burbuja y acojonados ahí dentro, les hace creíbles.
Cuando manipulan a uno es muy difícil darse cuenta de ello. Mi salida, que no voy a contar ahora, fue puro instinto de supervivencia y una vez fuera estuve más de un año (en el que en su obsesión persecutoria incluyeron detectives) con el síndrome de estocolmo, entre un sinfín de taras emocionales, sociales y económicas. Vamos que estaba echa un pingajo. Con el paso del tiempo, el contacto con la naturaleza y mucha tarea de crecimiento personal, me considero una persona dichosa de poder saborear el placer de la libertad en cada momento. Ahora, después de aquellos 22 años, soy feliz. Ahora "soy" y soy fruto de lo que yo decido, no otros, en mi propio ser.
Por primera vez hablo en público, porque no veo necesario que pase nadie más por ese infierno. Y menos que se promueva poniendo a una calle de Zaragoza el nombre del autor de tantos atropellos. Sería una broma pesada de mal gusto. Espero que el alcalde Juan Alberto Belloch se informe antes al respecto. Aquí tiene una oportunidad."
Luna
