2 de octubre.- E.B.E.
Fecha Monday, 09 March 2009
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Mis felicitaciones a Gervasio por su agudo escrito sobre la vocación. De modo particular me parecieron muy acertados estos dos párrafos:

«En el 2 de octubre de 1928 también se percibe que Dios nada en concreto comunicó a Sanjosemaría, aunque pretenda ocultarse la vacuidad de ese dos de octubre. El fundador anotaba diariamente en un cuaderno, al que denominaba “Apuntes íntimos”, los acontecimientos espirituales de su alma. Nos encontramos ante una personalidad narcisista, que se recrea mirándose en el espejo de su propia vida interior. Su modo de hacer ejercicios espirituales consistía en leerse a sí mismo. Y es leyéndose a sí mismo como vio el Opus Dei, según narran las fuentes oficiales de la prelatura (...)

Si Dios le comunicó algo ese dos de octubre, lo hizo desaparecer. Todo apunta a que esos tres documentos destruidos en 1932, más que sugerir una concreta revelación, sugerían la sublimación de cuatro vaguedades, por no decir vulgaridades. Entre lo sublime y lo ridículo —se ha dicho— sólo hay un paso. En 1932 se dio cuenta de la ingenuidad de sus “apuntes íntimos”. Ese tipo de literatura tan monjil. La Historia de la Obra está llena de destrucción de pruebas y de eliminación de testimonios que comprometen. En este caso, el testimonio es del mismísimo Escrivá.»

Luego es notable cómo pasivamente se acepta o disculpa en «la Obra» la falta de explicaciones y la eliminación de las pruebas acerca del 2 de octubre, como si fuera un asunto sin importancia (el subrayado es mío):

Y Coverdale continúa en la página 31: Desgraciadamente, en algún momento del año 1932, Escrivá quemó el cuaderno que contenía las notas que leía cuando recibió la visión fundacional, los apuntes que había tomado el 2 de octubre de1928 y los que anotó durante el siguiente año y medio. La destrucción de aquellos papeles y su reticencia a dar detalles sobre lo que sucedió el 2 de octubre de 1928 hacen que sea imposible saber exactamente qué aspectos de su tarea fundacional surgieron claramente de la primera visión y cuáles quedaban por definir.

Sin embargo, es a partir de ese turbio 2 de octubre que a todo miembro del Opus Dei se le exige una fe ciega en el fundador y una obediencia indiscutida a la disciplina institucional. Una pesadísima carga (la entrega de la vida entera) justificada en nombre de un hecho sobrenatural aparentemente simulado. Esto es gravísimo y hace pensar seriamente en la viabilidad de dicha institución hoy dentro de la Iglesia.

Este contraste, esta paradoja, habla una vez más de la poca honestidad que viene demostrando esa institución desde su creación. Nuevamente la misma idea que Flavia decía hace tiempo: todo está viciado de raíz.

Saludos,
E.B.E.









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