Incoherencias: soberbia del Opus Dei.- Javo
Fecha Friday, 27 February 2009
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hice un viaje a Buenos Aires en octubre pasado, allí tuve la suerte de encontrarme con dos amigos con el mismo pasado común en nuestro país de origen, numerarios hace mas de 20 años. Varios encuentros y largas conversaciones. Fabuloso. Siempre es bueno encontrarse con amigos-hermanos y valorar en retrospectiva esa extraña experiencia común, seguido de la maravilla de la vida presente. ¡Gracias a Dios, nos fuimos! 

Fue tanto lo que conversamos y tanto el asombro sobre la intensidad y variedad de las experiencias, con el mismo común denominador, que me he quedado pasmado por un tiempo. No tenía nada nuevo que decir.

Pero llevo días pensando en dos puntos:
“No tomar el santo nombre de Dios en vano”, mandamiento muy claro, universal, para todos.
“El fin no justifica los medios”. Norma moral también muy clara, aprendida en mi primer curso anual.

Lo que pensaba es que desde mis primeros días como numerario, sentía un “barrunto” (¿se dice así?) de que algo no funcionaba bien. Tristemente no pasaba de ser una idea maligna, aún oscura y nebulosa, que además había que apartarla como si fuera el mismo demonio. Ahora que la replanteo:

En la historia de los movimientos religiosos de la Iglesia, los más importantes han tomado su nombre de los fundadores: San Francisco de Asís: Franciscanos , Santo Domingo de Guzmán: Dominicos, Ignacio de Loyola talvez fue más audaz y con sus compañeros, convencidos de que trabajaban para Jesús, se dijeron… La Compañía de Jesús. ¿Cómo pudo el “santo” fundador del Opus Dei tomar el nombre de Dios y llamar a su obra “Obra de Dios”? ¿Cómo no lo vimos en esa época y cómo la iglesia no ve ese gran pecado? Soberbia personal y colectiva.

Sobre lo otro, aprendimos la teoría de que el fin no justifica los medios. En la práctica hacíamos lo contrario: en reuniones colectivas –tertulias se llamaban- hablábamos de los demás, haciendo infidencias de asuntos personales como lo más normal (era peor en las reuniones de los consejos locales a los que asistí). Nos acostumbramos a eso, con chisme y maledicencia, de una manera amoral, amparados en que todo lo hacíamos por y para el mismo Dios. Nos inculcó el mismo fundador a usar de la santa picardía, la santa desvergüenza y la santa coacción: mentir, robar y extorsionar. El fin sí justifica los medios en el Opus Dei.

Un abrazo para todos, espero que hayan tenido un feliz carnaval.
Javo









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