Presas de Cazadores Expertos…- Emevé
Fecha Wednesday, 25 February 2009
Tema 010. Testimonios


*A Dani.*

 

 

Daniela, me quedé pensando en lo que escribiste y salió el lunes. Me gustó mucho que hayas hecho lo que te provocaba a pesar del teclado rebelde ese que no quiere que hables español jeje. Pero sobretodo me gusta la reflexión que te haces sobre “¿por qué me hice del opus?”.

 

Aquí entre nos, yo jamás pensé que te hicieras numeraria. No sólo por lo que sabes, sino porque te veía tan diferente a mi, tan segura de ti misma, tan líder. Que no te imaginaba obedeciendo sin chistar como lo hacía yo o tu amiga-profesora-directora de colegio. Y fíjate tú que nos parecíamos más de lo que yo sospechaba...



Yo también me sentía fea y gorda (y en mi caso, yo pesaba como 15 kilos menos de los que peso ahora que me siento preciosa y en forma). Los chicos difícilmente se me acercaban y me pensaba que los que se acercaban a mi no querían nada conmigo sino sólo ser mis amigos. Pero vamos, que la autoestima no era mi fuerte. Que en la definición de mi personalidad en la que me encontraba, mi punto más débil estaba en amarme y en aceptarme, básicamente porque en casa a nadie le pareció nunca que yo (la inteligente, la líder, la que resaltaba en todo, la de buenas notas, la que nunca causaba problemas) necesitaba muestras exteriores de afecto y aprobación. Y fíjate que las necesitaba.

 

Las necesitaba a tal grado que apenas pisar Faro (el Centro Cultural Universitario en donde pité y te conocí) y sentir que un montón de mujeres “viejas” (yo les decía “mis viejitas” porque la más joven –la directora de tu colegio- estaba por cumplir la edad que tengo ahora yo jajaja) me aceptaban, me admiraban, me prestaban atención y demás… me enganchó. Y esa era la idea: enganchar chicas, que se sientan bien. Lo hice yo misma después (contigo y con otras) y quizá lo hiciste tú… no sé.

 

Evidentemente una espiritualidad sana debería ordenar ayudar sicológicamente a chicas que se sienten inseguras por lo que fuera (crisis de la edad, error involuntario de los padres y maestros, etc) antes de crearles crisis de vocación. Pero el opus no te ayuda porque no es sano, no es cristiano… ¡no es de Dios!

 

No lo digo con conocimiento teológico del tema (que para eso hay tratados maravillosos -iba a dar recomendaciones de escritos que me ayudaron, pero luego de lo que dice Gervasio desde el fondo de su corazón mejor no menciono a ninguno para evitar herir vanidades, jajaja-) sino con el alma: algo que destruye vidas (TAN SIQUIERA UNA SOLA) no puede ser de Dios. Impósibol, no lo creo, no lo compro. No way. Al menos no del Dios en el que creo.

 

Es eso Daniela, se aprovecharon de nuestras falencias. Las detectaron al ojo con precisión de cazador acostumbrado a tener este tipo de presas en las manos. Supieron cómo atacar y atacaron. Tú diste más guerra, yo no di ninguna. El resultado en ambas fue devastador y si ahora estamos de pie, tú recorriendo el mundo en bikini (estás hiper regia) y yo siendo feliz en mi huequito… es porque nosotras somos ¡lo máximo! (y sí tengo vanidad, me amo, me acepto y me apruebo… y recomiendo hacer lo mismo). Sin más.

 

¿Y Dios? Pues otra víctima hija. Que no tiene abogados que demanden por usar su nombre en vano (ni siquiera tiene registrada su marca). Pero es justo y hace justicia. A mi la vida me dio más golpes hasta que entendí cuál era mi problema y mi falencia. Ahora mismo con 15 kilos de más, sin novio, mamá soltera, y a punto de cumplir 33 me siento ¡plena! Y puedo decir sin “roche” (vergüenza en peruano) que soy feliz.

 

No tengo mucho en medidas “humanas”, pero (cáiganse de envidia) tengo el amor infinito en mi corazón, un grupo de amigos incondicionales, un hijo que es un sol, unos padres que son padres de verdad (sin madres guapas ni estupideces) y… una vida que es mía y de nadie más. Amo, soy amada, vivo bien, me gusta lo que hago, ¡tengo hobbies!, canto cuando quiero (sin tiempos de la tarde ni de la noche) medito, pido, lloro, río, me enojo… y un día de estos ¡me voy a poner bikini! 

 

Sólo por el gustazo de reír mientras otras (mis tías, mis primas, mis amigas) piensen “qué mal le queda”… porque es eso: nunca nadie va a estar totalmente de acuerdo con lo que hagamos o dejemos de hacer. Y sí, nos hicimos del opus porque teníamos falencias, pero ahora mismo hemos superado las falencias propias, las que heredamos del opus y las que nos regalan los que nos quieren y nos hieren sin pensar. Porque luego de tanto dolor sabemos que la única opinión que cuenta es la propia, nacemos, crecemos, vivimos y morimos solo con nosotros mismos… y de un tiempo a esta parte (no sé tú) yo empiezo a estar totalmente de acuerdo conmigo cuando pienso que soy lo máximo.

 

Y así, no le gusto ni le gustaré jamás al opus… porque así, no soy presa para ellos.

 

(Tú que me lees ¿eres presa para el opus? Espero que no).

 

Saludos a todos.

Emevé







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=14185