Borricos de noria.- Inés
Fecha Wednesday, 25 February 2009
Tema 100. Aspectos sociológicos


Borricos de noria.- Inés

 

El pasado sábado 21 de febrero estuve viendo, como tantos otros, el programa de La Noria a la espera del debate sobre el Opus Dei. No me sorprendió en absoluto ni me llevé ninguna sorpresa.

 

Querida Agustina menos mal que estabas tú para dejar claras un par de cosas, no se podía hacer más, porque si no volveríamos al cilicio de siempre, o a las disciplinas y llegaríamos a la conclusión de que si el Opus suprime los cilicios y las disciplinas sería una asociación “guay del paraguay”.

 

El título de este escrito viene a cuento por aquel símil que hacía Mons. Escrivá y la impresión que tuve de las tres personas que defendían la postura del Opus: daban vueltas a la noria con las orejeras puestas sin saber por qué las daban ni si eran para moler trigo o para sacar agua. Ninguna de ellas pertenecía ni había pertenecido al Opus Dei pero todas ellas sabían que era una asociación fabulosa, de gente buena, porque tienen amigos estupendos y buenísimos en ella. Yo también tengo amigos estupendos del Opus pero eso no quita que en su gobierno, en sus modos, medios y formas sea malo.

 

El caso es que me vi a mi misma en mi labor de supernumeraria con el encargo del apostolado de la opinión pública defendiendo lo que yo creía que era lo noble y lo justo, lo sincero y lo valiente porque jamás me cupo en la cabeza las cosas que en un momento determinado vi y sufrí. De hecho nunca me planteé que la gente que trabajaba en las labores internas no cotizase a la Seguridad Social. Que, por cierto, es de justicia que quien sale del opus con una mano delante y otra detrás cobre una pensión no contributiva, es de justicia y el Estado debe hacerse cargo de ello. Pero también es de justicia que ese mismo Estado se ocupe de llevar ante los tribunales a quienes cometen semejante delito. Porque es un delito contra los derechos de los trabajadores tipificado en el Código Penal español.  

Tampoco me habría creído ni loca que cuando un miembro de la Obra de Dios (¡qué paradoja de nombre!) cambia de ciudad le precede un informe en el que se explican sus más íntimos pensamientos, luchas y debilidades.

 

En ese momento me di cuenta del porqué el Opus mandó a estas inocentes cooperadoras: porque si el careo es con gente de la dirección del Opus quizá no habrían podido mantener el tipo ante estas afirmaciones. A mi me ocurrió con un cura numerario con el que hablé, que como no pudo negar la evidencia de la que esta web tiene pruebas, me dijo “la misión de esos informes era ayudarles”, reconociendo el hecho.

 

Tres cosas más me llamaron la atención: una, la insistencia de Cuca García de Vinuesa en decir “rebotados hay en todos lados” dirigiéndose a Agustina. Una valoración tan falta de caridad como llena de soberbia.

 

Paloma Gómez-Borrero habló del libro que escribió Agustina lo que significa que no se preocupó lo más mínimo en saber con quién iba a debatir. Esperaba más de esta periodista todoterreno: lo mismo trasmite una misa del Papa que la boda del conocido jefe de la iglesia de la Cienciología.

 

De la tercera, Rosa, que es perfecta supernumeraria sin pitar (¿seguro?), la cooperadora de mano, estuvo muy en su estilo en este tipo de debates. Yo de ella me mosquearía porque no hayan querido captarla para la institución. ¿Será que no tiene vocación? ¿Será que de cien almas ya no interesan las cien?

 

Agustina, muchísimas gracias.

Inés

 

 









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