Una realidad, el Opus no deja constancia de quien fue miembro.- Daniel_M
Fecha Wednesday, 25 February 2009
Tema 110. Aspectos jurídicos


Acabo de leer la carta de Armando, ex-agregado, en que nos cuenta su salida del Opus Dei y comenta su redacción de la carta de dispensa. En mi caso, sucedió algo parecido. Escribí una carta a finales de diciembre del 2006. No era una carta solicitando ninguna dispensa ni reconociendo ningún error, ya que no había error o culpa por mi parte. La escribí una semana después de que el numerario que me atendía, me comunicara que no debía renovar mis compromisos el siguiente 19 de marzo. Lo hizo sin ponerme en antecedentes de esa decisión. Me la soltó un día, supongo que cuando le vino bien.

Al ver esa forma de decidir sobre uno, sin el mínimo respeto, decidí que era yo quien les “despedía” a ellos y escribí una carta en la que rescindía el vínculo. Cierto que antes consulté con el obispado y me dijeron que para salir bastaba con una carta ya que había solicitado la admisión con otra.

No sé si alguien se habrá dado cuenta, pero en el CDC y en la normativa de la Santa Sede se dice claramente que el laico se vincula por acuerdo-contrato. Y está en la naturaleza de todo contrato la posibilidad de ser rescindido por cualquiera de las partes. Así que mi carta fue bastante distinta de lo que podrían querer o desear en el Opus Dei.

En mi carta responsabilizaba al Opus Dei de no haber discernido verdaderamente mi vocación, de no informar de la verdad en cuestiones canónicas (faltando a su deber de formación que implica la transmisión de la verdad) ni sobre su real espiritualidad –propia de una vocación consagrada y no de una vocación laical-, también les mencionaba el comportamiento del numerario; por lo que rescindía el contrato con ellos.

Un sacerdote numerario, aprovechándose de mi buena fe, me pidió a título personal que no pidiera respuesta por escrito. Claramente se aprovechó de la confianza que había tenido con él. No sé porque, pero como me lo pidió como favor personal, accedí. Unas semanas más tarde, quedamos en un café y me transmitió verbalmente la dispensa del prelado. Como no había solicitado la dispensa, semejante acto era irregular. Pero él quería defender a toda costa que la forma correcta era la que ellos decían y no la mía. Y yo le dejé hacer.

Meses más tarde, al leer el testimonio de un ex-miembro en esta web, me enteré de cómo me tomaron el pelo, para no dejar constancia del acto del cese. Me di cuenta de que este sacerdote se había aprovechado de mi buena fe, para conseguir el fin que la prelatura siempre busca cuando sale un miembro, no dar constancia escrita alguna.  Intenté subsanar dicha falta de constancia, y por ello, ya llevo unos años acudiendo a mi obispo y al Opus Dei para que certifiquen que fui miembro de esta entidad. El vicario delegado se ha negado constantemente. Se lo negaron tanto al Obispo como a mí.

Así que ya sabemos algo más de a lo que juega el Opus, a no dejar constancia escrita de que un católico fue miembro de su institución. Esto es una realidad, que ya llevo constatando años. Son obstinados en esta negativa. Y lo que me queda que esperar, pues es posible que tenga que acudir a la Congregación de Obispos.

¿Por qué es importante para mí tener ese documento, esa constancia escrita de que fui miembro del Opus Dei? Porque es la verdad. Y el derecho de todo cristiano es recibir testimonio de la verdad. No es bueno que una organización de la Iglesia se niegue a decir la verdad.

Atentamente,

Daniel M









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