Si me tuviera que definir, diría que soy un recien llegado. Justo ahora se cumplen tres meses de mi primera visita a OpusLibros. Tres meses, tengo que reconocerlo, repletos de sentimientos encontrados, de sensaciones, incluso físicas, que pensaba estaban enterradas en el baúl de los recuerdos no recordables.

La curiosidad tiene un precio, un precio que, en este caso, se paga a gusto, con placer. Volver a “vivir” lo que fue y contrastarlo con tantas experiencias como aquí se manifiestan de una forma tan real, tan auténtica, tan “en confianza”, con una desnudez y una ausencia de pudor, que se agradece, facilita que uno, ya un poco resabiado, vuelva a descubrir que aún quedan personas trasparentes, sinceras y preocupadas por la vida de los demás.

A través de OL se establece una “amistad complice” con tantas personas, aparentemente desconocidas, pero que el corazón reconoce como “amigas”, con las que se puede contar, a pesar de la distancia, a pesar de que muchos rostros son borrosos pero bellos. Su pluma, inspirada por la propia vida, lo dice todo. Y hay que decirlo, Agustina, ¡Muchas gracias! Esta web, tu web, que ahora tantos la consideramos como propia, como personal, está haciendo mucho bien y tiene una trascendencia que el tiempo evaluará.

Otro gran descubrimiento, gracias a OL, Vuelalibre. ¿Qué decir? Más de lo mismo. Más de personas dispuestas a “estar”, a echar un cable, a ayudar, a consolar, a demostrar por la vía de los hechos, por la vía de la realidad, que “algunos” no somos unos bichos raros, anormales. Contrastar que, por desgracia, nuestras experiencias no son únicas. Lamentablemente somos muchos/as lo que compartimos tantas cosas que en un momento dado fueron motivo de ilusión vital y sobrenatural.

Me consuela pensar que la ingenuidad compartida nos hace más inocentes. Porque, lo que está claro, es que “alguien o algo” jugó, manipuló e instrumentalizó los deseos más íntimos, más profundos de nuestro corazón.

Sin embargo aquí estamos y aquí seguiremos.

Saludos,

Andreu