Mis años de agregado (14).- Israel Zepeda
Fecha Wednesday, 18 February 2009
Tema 076. Agregados


MIS AÑOS DE AGREGADO (14)

 

Iniciando los 90´s

 

Israel Zepeda

 

 

Década en que la economía de México supuestamente se estaba perfilando para ser una potencia a nivel mundial; Se preparaba con mucho entusiasmo la 2ª visita del Papa Juan Pablo II a nuestra patria; México no participaría en el Mundial de Italia 90 por la situación de los “cachirules”; Se consolida la popularidad de Michael Jackson a nivel mundial y en nuestro país destacan las canciones de Gloria Trevi, Magneto, Garibaldi y Luis Miguel...



 

Durante esta época muy pocos habían dejado la Prelatura: Adrián F., Pablo L.O., Carlos L., Juan R., Ernesto R., Alfonso M. y Ariel B. En un par de meses Andrés A. dejaba de ser el director e irse en Septiembre al Colegio Romano. Pasa a ser Director del Centro Rodrigo M., Héctor L. Subdirector 1, Luis Fernando V. Subdirector 2 y José Luis L. Secretario. Guillermo E. deja de ser el secretario y se regresa a su natal Monterrey. Este último se formó en la línea dura del OD. En muchas ocasiones mostraba una actitud demasiado cuadriculada por lo que muchos se alejaban de la labor del Centro. En una ocasión en la charla fraterna al preguntarle acerca de una inquietud personal sobre la vocación me platicó de uno que había dejado la Obra y que semanas después regresó al centro suplicando con lágrimas que había sido un error dejar la Obra y que nuevamente lo aceptaran, a lo cual el Consejo local le contestó un rotundo no, que con Dios no se juega y que estaba en juego su salvación eterna. Recuerdo que en su expresión mostraba una dureza y una actitud inquisidora acerca de esta anécdota.

 

En esta época se empiezan a dar los últimos toques en la remodelación de Louisiana, especialmente al Oratorio. En estos primeros años de los 90´s se realizan los Cursos Anuales en Diciembre en la Ex-Hda. De Mimihahuapan. Se consolida de manera especial los Grupos de Louisiana Mayores, Louisiana jóvenes, Lindavista y Copilco. Se empiezan establecer apeaderos para la labor: Azcapotzalco, Nezahualcóyotl y Churubusco. Aquí el punto importante de esta época inicial de los años noventas es la llegada de Don Florencio Sánchez Bella a la Ciudad de México y, especialmente, a la labor de agregados.

 

Comentando con AlChile, Don Florencio llegó a dar un fuerte jalón a la labor de los agregados que a la larga dicho estirón la “ahorcó”. Recuerdo que en las meditaciones hablaba mucho acerca de dar una fuerte expansión apostólica cuyo resultado se reflejó en la apertura de los apeaderos antes mencionados y que a los pocos meses se cerraron  porque no rindieron el fruto esperado. Ciertamente en estos años fue el último pitaje masivo que se dio en la labor y que a la postre de los años hemos visto demeritado. También Don Florencio empezaba a indagar quién podría irse a Pamplona para los estudios eclesiásticos. A mi personalmente, en un viaje en automóvil en el cual lo estaba llevando a la RUP me propuso que si me interesaba ordenarme y que según su perspectiva sería yo un buen canonista. Recuerdo que tal propuesta me dejó estupefacto pero en el momento le dije rotundamente que muchas gracias pero que no me interesaba. ( De seguro para muchos prelatureitors esta respuesta les hubiera escandalizado al decir: “ Oye tío, mira quién te lo propone..y tu le dices que no”).

 

La verdad la personalidad de Don Florens (así le decíamos entre la raza) era muy peculiar: Si uno no le ayudaba en verdad a vestirse para la Misa, toda el Alba quedaba descuadrilada y las borlas del cordón estaban arrastrándose. Es esa época yo era el encargado del Oratorio y la verdad Don Florens no le echaba mucho vino en la consagración. Yo, con mucha maña, llenaba la vinatera hasta el borde y lo que sobraba era para “Miguelito” en el momento de guardar todos los ornamentos y utensilios de la Misa.

 

Tenía algunas manías: En varias ocasiones la homilía  la predicaba en el altar cara al pueblo y ponía el Misal encima del Cáliz en vez del atril; Se quitaba la capa pluvial en las bendiciones de manera desenfadada sin darse cuenta si el ayudante la recibía o no. En varias ocasiones se refería a Álvaro en vez del Padre durante esos años (Se le chispoteaba, como diría el Chavo del Ocho).

 

Ese “jalón” que dio Don Florencio a la labor de agregados y que terminó “ahorcándola” si dio en el momento en que se establecieron los consejos locales para Nápoles (mayores), Louisiana junto con Copilco y Lindavista. A partir de ese momento cada quién estaba en su centro y no podía ir a otro. Nadie sabía que se hacía en un grupo u otro. Empezó  la desbandada en Copilco al pasar de 15 a sólo 4, en el cual a 4 los pasaron a otros grupos y los restantes 7 se salieron. En Lindavista fue desapareciendo el grupo ya que algunos los pasaron a otros centros y los demás fueron saliendo. De esta etapa hablaré en mi artículo siguiente.

 

 

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