Una Visión de la Lucha Mente vs Afectividad.- Emevé
Fecha Friday, 13 February 2009
Tema 140. Sobre esta web


(Dedicada a Australopitecus que originó, sin querer, esta "meditación" y que posiblemente esté en contra de todo lo que pongo ja, ja).

 

No pocas veces he manifestado que me siento un "ave raris" (por decirlo bonito) en opuslibros, que siento que hablo sola con ocasionales diálogos cortos con alguien más con quien suelo comunicarme por correo o por msn porque ya nos conocemos hace años y nada más. Mis escritos no provocan reacciones ni ecos y difícilmente se me puede hacer un "libro silenciado". Escribo lo que me sale del alma y eso no suele gustar a muchas personas.

 

Pero ¿por qué no le atrae mi manera de ser a la gran mayoría de personas que escriben en esta web? Pues básicamente porque no soy "intelectual". Y para muchos de nuestros celebrados y célebres autores, solo merecería estar publicado y merece ser comentado aquello que implica un ejercicio intelectual… de la mente...



¿Es esto así?

 

Mi amigo Austral pone el dedo en la llaga y me da pie para escribir hoy en su último aporte cuando señala: "Para los que estamos fuera la tarea es reconstruir esa capacidad humana de establecer vínculos mas profundos con las personas que se tiene a su alrededor. Es un aprendizaje duro, un arte en palabras de E. Fromm". Y es efectivamente lo que he venido haciendo yo y lo hoy quiero contagiar a quienes visitan esta web que tanto estimo.

 

Dejemos a un lado lo que Margarita es (no es relevante, nadie me conoce, y finalmente no me interesa lo que puedan pensar, dicho esto del modo más cortés: la única opinión que cuenta es la mía y me ha costado mucho... ¡MUCHO!… amarme y aceptarme tal como soy). El punto aquí es lo que suelen pensar no sólo los lectores anónimos (yo sé los nombres, pero se entiende que estoy hablando de quienes leen y nunca escriben) sino también los más renombrados y célebres escritores de opuslibros. Piensan que este tipo de escritos (los de Emevé en este caso) son pamplinadas dichas desde el corazón, sin ejercicio intelectual profundo y por tanto los deben comentar los que son como "ella" (como yo). No sé si el planteamiento se lo hayan hecho así tal cual, lo que sé es que con sus hechos lo demuestran y eso es lo que cuenta.

 

¿¿¿Entonces resulta que ahora la niña nos va a presionar para que todos comentemos sus aportes largos en donde nos enseña cómo se mira el ombligo????

 

Que no, que no.

 

La idea es demostrar la arraigada, generalizada y profunda percepción que tenemos o a la que tendemos los ex opus de despreciar a la voz de nuestra afectividad. (Y si no oigo a la mía: qué diablos me va a importar la de Emevé).

 

Pero ¿es así? ¿es efectivamente más importante para nuestra recuperación (sí, recuperación) el discurso de nuestra mente y lo que diga el corazón es lo de menos? ¿están mucho más limpios del traste del "opus" los amigos que escriben tratados intelectuales (la mayoría interesantes y geniales a mi parecer)? ¿están listos para enfrentar el mundo? ¿para enamorarse? ¿para ser felices? ¿lo son? Yo sí.

 

Y no soy imbécil… si por intelectualidad se trata, tengo títulos y todo eso que sirve para que este mundo me respete por mi nivel "superior" de intelectualidad. Pero me parece que es absolutamente irrelevante en las cosas IMPORTANTES de la vida. ¿Y qué es lo importante? Según mi humilde punto de vista: respirar sin dolor (que el aire fluya sereno y feliz dentro, sin doler), reír como niños y con los niños, amar y ser amado, llegar a casa, sacarte los zapatos y que alguien cuya sonrisa te parece lo más bello que se ha creado te alcance las pantunflas, comer tu comida favorita sin miedo ni a engordar ni a estar perdiendo el tiempo y de vez en cuando mandar a la mierda a alguien y reconciliarte con él. Ese tipo de cosas no requieren ejercicios intelectuales enormes. Esas son las cosas importantes de la vida… y no necesito ser doctora en Derecho (mi carrera) para hacerlo.

 

(No, no me estoy yendo contra los valiosos ejercicios intelectuales de los consagrados, célebres y maravillosos autores que tenemos aquí: su trabajo me sirve muchísimo en diversos aspectos, los leo, los medito y los aplico A MI, en mi crecimiento personal, en entender por qué me pasa tal o cual cosa.  También es cierto que otros me aburren y no los leo, así soy).

 

Lo que quiero es animar a todos (y sobretodo a los célebres escritores) a explorar su lado afectivo (en privado, en principio), a ser felices, a vivir. A despojarse del maldito traste opus que nos hizo (les hizo) creer que porque eran listos eran superiores y también (por qué no decirlo) que porque son hombres, las mujeres no estamos a su nivel intelectual. Esas ideas que aún arrastran y que aún aplican a sus vidas les están robando la felicidad y - yo no sé si todos- pero yo lo noto en sus letras y me causa pena.

 

Y hoy que Austral me deja volver a hablar de afectividad sólo quiero decirles (decirnos): escuchen a su corazón. A ese reprimido órgano que habita en sus cuerpos. Tomemos decisiones (pasito a paso) basados en lo que dicta el corazón. ¿Que nos lo van a romper? Sí. Muchas veces. Y sin embargo habremos vivido y cuando toque… ese corazón empezará a hacerse más sabio y a aconsejar mejor y habremos alcanzado la paz y la alegría (esa que nos ofrecieron y nos estafaron).

 

Les pongo un ejemplo en mi vida; esta mañana me acordé de cuando me enamoré de un ex opus y yo empezaba a escuchar a mi corazón. Sufrí y lloré mucho. Pero ¡aprendí!

 

(Anécdota: en ese entonces muchos chicos del chat pensaron que yo estaba enamorada de todos ellos sólo porque yo era amable y bromista: señal de que muchos amigos ex opus no están acostumbrados a tratar con mujeres y piensan que una mujer amable es una mujer lista para ligue: no es así, una suele ser amable porque no hay razón para no serlo, sin más. Y bromista porque así es una, sin más. Fue muy divertido en ese entonces, porque el verdadero destinatario de mis sentimientos los conocía y en algún momento los compartió, y nunca entraba al chat –para más señas es brasilero- jajaja… siento que he roto ilusiones hoy).

 

Y lo recordé porque en el presente estoy viviendo una nueva aventura: hace unos meses vi a un chico. Lo vi y sentí que el cielo tenía más estrellas, fuegos artificiales cruzaban de lado a lado y la atmósfera entera tocaba música celestial. Me fascinó el tiempo que estuve con él y tenía ganas de llevármelo a la casa para no dejar nunca de conversar con él. Evidentemente algo "me ocurrió". El corazón me dijo "deja una ventana abierta, no huyas" y eso hice: nos escribimos muy seguido y nos vemos cuando podemos. ¿Qué es lo malo? Casi nada: me "enamoré" a primera vista de uno que solía vivir a 5,000 kilómetros (y en la misma ciudad) que yo. Sí, el chico que me gustó es un ex hermanito. Cuando lo supe pensé: ¡sonamos!

 

¿Por qué? Porque en mi forma de ver un exopus es por regla general poco recomendable. Pienso que existen dos tipos de exes (sin incluir a las “aves raris” que a veces sobrevolamos) los muy intelectuales que no oyen al corazón y por tanto no logran ser ni hacer feliz a nadie, y los que huyen de su mente, no escuchan al corazón (porque ya se sabe que es "de menor nivel") y buscan respuestas fuera de sí mismos y buscan placeres pero no felicidad o simplemente viven como por ley de inercia, sin control (como la mayoría de los humanos, por cierto).

 

Por eso para mi, uno o dos años atrás, fijarme en otro ex opus que no sea ave raris (somos tan raris que sólo conozco dos o tres) era suicidio. Y de pronto, frente a mi, con musiquita celestial, un ex opus que (claro, faltaba más) no es un “ave raris” sino más bien un ex opus bastante promedio.

 

¿Y entonces qué hacer? Escucho al corazón y no huyo (como dice la cabeza) y profundizo, converso, río, comparto. Pero el corazón ha aprendido. En base a caer y recaer, ya no es un corazón infantil que se entrega y se abre al primero que me trata como ser humano y muestra interés en mi (y gusto físico, que fea no soy), y que ya no piensa que porque hay musiquita celestial esto viene del cielo. Ya no, y no es porque la cabeza me diga eso (porque finalmente me lo ha dicho siempre) sino porque yo lo sé desde lo profundo de mi corazón. ¿Se entiende la diferencia? Fin de la parábola.

 

Este es un correo mío más de aquellos en los que comparto mis sentimientos y expreso mis vivencias para animarles a hacer el intento… ¿por qué no tomar como determinación liberarnos del traste y la maldición opus que nos hace pensar que el corazón es imbécil de nacimiento? ¿por qué no empezamos a dejar que el niño crezca y se vuelva sabio y empiece a transmitir esa sabiduría interior que siempre hemos tenido allí y que no encuentra modo de hablarnos porque sólo habla a través del corazón y nosotros, por años (¿décadas?) lo hemos conservado mudo, intacto y entre paredes de acero con ¿7 cerrojos??

 

No es "cosa de mujeres" el querer ser feliz. Es cosa de todos. Hombres y mujeres somos iguales en muchos aspectos y en este de manera primordial. Y si leen con el corazón verán que es muy cierto lo que digo: aunque lo diga una mujer que para más "penas" nunca ha escrito (ni escribirá) nada intelectual sobre el opus y es feliz siendo como es.

 

Emevé







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