Para los directores y directoras: No somos menores de edad.- Calandria
Fecha Friday, 13 February 2009
Tema 060. Libertad, coacción, control


Hay un punto en el escrito de Jacinto Choza que me ha dado una luz sobre lo que es mi tema: los directores y las directoras de la Obra. Yo no me atrevería a aunar mi opinión con Choza en el tema de la supuesta paranoia y narcisismo del Padre. Considero que la Iglesia Católica tiene los recursos que no posee una persona individual para hacer el estudio de una vida santa que pueda llevarse a los altares. Para mí el Padre es santo ahora, la Iglesia lo ha calificado así y no tengo nada que objetar. En vida nadie es santo, el Padre como todo mortal tendría sus defectos. Tengo entendido que ser santo no es estar libre de defectos sino luchar contra ellos.

 

Pero el punto son los directores. Jacinto dice:

           

Todavía esta convicción no era uniforme en la Obra. Los fieles y socios de a pié podían compartirlo más o menos, pero los directores lo compartían absolutamente. De manera que la discrepancia siempre era mal espíritu.

 

Los directores que siguen esta página podrían dar su punto de vista? Es una pregunta. Los directores y directoras comparten tan al pie de la letra lo que es el espíritu de la Obra, tan ciegamente diría yo, que no tienen ojos para mirar cuándo el espíritu del Opus Dei se adecua a las circunstancias actuales y cuándo no, me refiero a la adecuación situaciones cotidianas. El espíritu o lo que haya que vivir, entonces se hace pesado –y no me refiero a la entrega- sin sentido, algo grande se vuelve chiquito, inaceptable para toda persona que piensa. Nos damos cuenta de que así no es y renunciamos a vivir la cuadrícula presentada por los directores como fascículo ejemplar de la vida de un  miembro del Opus Dei.

 

Yo aprendí que descontando lo que se refiere a las verdades de fe y de espíritu (de la Obra) somos totalmente libres de opinar como nos de la gana, y contrastando lo opinable con lo que no lo es, lo último constituye una mínima parte. Muchas veces los y las directoras se constituyen en verdaderos guardianes, controlando todo y desconfiando de quien no tienen por qué desconfiar. Controlan lo que no deberían controlar, creando situaciones incómodas, dando lugar con su actitud y forma de preguntar a obtener respuestas incorrectas. Y si el Padre dijo que creía más en la respuesta de un hijo suyo que en la de cien notarios unánimes, los directores y las directoras deberían hacer suyas estas palabras y actuar con confianza para no caer en la afirmación de Jacinto Choza “Como se tiene la certeza de que los socios no harán las cosas bien iluminados por su propia visión del espíritu de la Obra los directores y las directoras elaboran una cuadrícula y nos meten dentro de ella, seguramente con la mejor intención del mundo, pero no, no resulta porque entiendo que en la Obra hay libertad plena en todo lo opinable y quienes están a la cabeza deberían darse cuenta que no están gobernando a menores de edad sino a personas adultas y una persona adulta no entra en ninguna cuadrícula.

 

Calandria









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