El germen del Opus.- Miguel Muñoz
Fecha Wednesday, 11 February 2009
Tema 900. Sin clasificar


Una de las cuestiones que más me planteo sobre el Opus es la siguiente:

¿Qué mente y circunstancias pueden explicar la aparición del visionario san Chema y dar lugar a una institución como es la del Opus? ¿Fue solo locura de un iluminado? ¿Fueron aires de grandeza de un plebeyo? ¿Qué explica que apareciera el Opus y extendiera su daño a tantas gentes? ¿Fue iluminación divina? Trato de expicarme el germen del Opus pero desde fuera de las teorías ya consabidas: inspiración divina, para unos; desequilibrio mental y maldad para otros; o cualquier otra teoría ya consabida.

A mi entender, san Chema estudio para cura como tanta gente que en la España de aquella época no podía estudiar otra cosa. Tenían que estudiar en el seminario por necesidad y sin que tuvieran otra posibilidad de llegar y estudiar en la Universidad por su condición social y económica. Era habitual que muchos  estudiaran el bachillerato en el seminario del lugar y de ahí surgieran infinidad de vocaciones. Muchos de ellos continuaban en el seminario...



Por otro lado, en muchísimas familias españolas de principios del siglo XX se vivía una religiosidad trentina, piadosísima, poco humanizada. Una religiosidad que en el pasado había dado santas teresas, san ignacios, san javieres, san juanes de la cruz y tantos santos que en el fondo no querían ser hombres sino miniaturas de Dios y de Jesús. Una religiosidad de rosarios, angelus matutinos y vespertinos, mucha oración y poca razón. Más fe que cabeza. Monjas y curas de casa. Y a ese ambiente no se puede sustraer nadie, normalmente. Quien vive en ese ambiente entiende que eso es lo cierto y lo verdadero. Y no se pueden comportar de otra manera: asume el rol heredado de la familia y aceptado en gran parte de la sociedad. Quien hace suyo y hereda esa sentido de la religión y además es sacerdote lo lógico es que hiciera lo que hizo san Chema: el Opus. Una institución religiosa producto no de la cabeza de san Chema ni de la inspiración divina; sino del ambiente, del entorno familiar y social en el que se movió. Una forma de autojustificarse.

Ese ambiente lo crea y propicia la Iglesia. Es la Iglesia y el sentido de ella en los años en que san Chema estudió en el seminario el fundamento del Opus. El espíritu que impregna el Opus es el de la Iglesia de principios del siglo XX que, a mi modesto entender está inspirado en el Concilio de Trento; tanto en la doctrina, como en la práctica, como en el espíritu.

No pretendo ser exhaustivo sino apuntar una idea que quizás ya otros hayan publicado o señalado anteriormente: la semilla del Opus está fuera de san Chema.

San Chema añadió a todo aquello su soberbia y sus aires de grandeza; yo creo que producto de la frustración que sentía por su situación económica y por la escasa relevancia social de su familia --eso en aquella época en España era muy importante, especialmente en ciudades provincianas--. 

Pero a mi entender, el germen del Opus estaba en la propia Iglesia. El Opus no es más que una manera y una consecuencia lógica de la Iglesia. No solo el Opus es la única consecuencia de esa forma de entender la fe; todos sabemos que hay más instituciones en la misma linea del Opus y emanadas de la Iglesia.

Y todo (esa manera) en la Iglesia se justifica con la peregrina idea del Pecado Original. Instrumento de culpabilidad por el hecho de nacer y del que solo podemos librarnos por la Iglesia, ni siquiera por Dios. Se trataba, en su origen de insuflar un sentimiento de culpa en los hombres para que estos se sometieran a la jerarquía religiosa.

Y todo se justfica con la peregrina idea de la divinidad de Jesús. No es mi intención argumentar aqui estas falacias de la fe católica, ni entrar en polémicas. Lo único que pretendo hacer ver es que son estos principios de la Iglesia los que justificaron a san Chema y un determinado ambiente social, religioso y familiar de san Chema lo que acabó en la fundación del Opus.

Debemos pensar sobre los fundamentos ideológicos de la Iglesia. Expurgar de su fondo lo que tiene de añadido por el hombre en cada momento de la civilización para la perduración de la religión, primero, y de la Iglesia, después; y encontrar, si es que lo hay,el mensaje de Dios.

El Opus no es más que una manifestación de la Iglesia, una interpretación o una forma de la Iglesia. Una forma viciada y dañina, pero solo eso.

Miguel Muñoz Arteche







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