Yo era numerario y también me fui, me fui con la misma sensación que todos, por lo que veo, traición, condenación, ostracismo, a un paso de los infiernos, fuera de aqui la nada, etc...
Con el tiempo me casé con una buena mujer, que por ironias del destino se hizo supernumeraria (aunque afortunadamente no perdió su libertad para pensar). Tuvimos hijos y decidimos de común acuerdo una enseñanza dentro de los colegios de la Obra (nos sedujo la propuesta de "la enseñanza personalizada"). Afortunadamente mis hijos algo aprendieron de sus padres y era intentar comprender el porque de las cosas más alla de los que dijeran unos u otros. No hay que ser muy inteligente para deducir que mis hijos no son de la Obra, ya que nunca han aceptado hacer las cosas sin entender el porque (lo de la santa obediencia, como que no). Naturalmente mi mujer y yo desarrollamos la "colegio-dependencia" (fuera de este centro es el caos, la perdición las drogas, el sexo sin freno,...). Pero aun asi dimos el paso ya que "la enseñanza personalizada" en realidad era "formación personalizada" nos pareció muy importante. La realidad era que cuando acudias al colegio con una necesidad especificamente pedagogica no habia trato al alumno personalizado, crecian los problemas y naturalmente afloraba el corporativismo si el objeto de la queja era un profesor.
Pasados los años mi mujer desarrolló una enfermedad que le impedía asistir a los medios de formación y muchos de los dias le imposibilitaba el cumplimiento de las normas. Esto le generaba una gran angustia hasta que un día, despues de 15 años, decidió abandonar. No por desapego al Opus Dei, sino por sentir que estaba falseando su relación con la Obra. En definitiva por honestidad personal. Naturalmente ese día se acabaron las llamadas interesandose por su salud, los rezos para su mejora, el encomensarla, etc. Como muy bien habeis dicho dejó de existir, yo ya lo había hecho muchos años antes, amigos de adolescencia que miran para otro lado con tal de no saludarte, etc.
Cada día que pasa tengo más claro que esta todo pensado y dirigido para una determinada clase social con altos recursos, es evidente que si se "cuela" un "hijo de obrerete" (dicho con todos los respetos) se le tolera como mal necesario, ya que las puertas estan abiertas a todo el mundo (otra cosa es que puedas seguir el ritmo de gastos en convivencias, retiros, etc). Los colegios van dirigidos a gente solvente economicamente y de vez en cuando crean un Tajamar, Senara o Los Tilos que sirven de "lavaconciencias" a la organización, aunque la moda está ahora en servirse de los conciertos educativos (al menos en ciudades como Madrid) para seguir abriendo "peceras" a precios algo mas asequibles (aunque no aptos para todos los públicos).
coco
PD: Nacho F. , gracias a ti me he animado a escribir de una manera tosca este articulo. Además te haría mucha gracia si supieras lo que tenemos en comun, está en uno de los articulos titulado Gracias a todos... y al metro. La clave está en el último párrafo.
