Claro, en ese momento yo estaba convencido de que había sido yo mismo quien por inspiración divina, había recibido una vocación especial. Pero ya desde el principio algo fallaba: lo único que conocía yo era la educación del Opus, por lo que era obvio que terminaría emulando las cosas que ellos hacían... incluso sin saberlas. Me aterra ahora ver cómo "mi" plan de vida se parecía demasiado al plan de vida de los numerarios y que casi me habría faltado escribir la carta dichosa y no habría necesitado mucho más.

La presión que esto me supuso significó matarme. No era yo, estaba todo el día haciendo proselitismo (no el del Opus, pero al final... sí lo era) corriendo de un lado al otro. Estaba hecho un arrogante y me creía superior al resto... y los numerarios propiciaron eso en mí.

Esto duró hasta el año pasado, después de 3 años de calvario autoimpuesto. Llego a la Universidad... de Navarra. Mi decisión fue motivada por razones académicas porque la carrera que estudio es aquí muy buena, pero debo reconocer que hubo mucho de "esto es mi casa". Y ahí llegó el choque frontal con las chicas... y para peor, con una numeraria que saltó por los aires cuando se me ocurrió invitarla a un café de pura cortesía (aquí se ve que no me creía el papel que me había inventado; ahora, probablemente eso me haya salvado de algo peor).

Después apareció una señorita cuyo comportamiento no comprendo ni quiero comprender. Ella sabía que yo tenía un compromiso (o creía tenerlo) y mientras lo mantuve, ella era especialmente cariñosa conmigo. Después de que todo colapsara, hielo... Es, sospecho, hija de supernumerarios y una asidua a UNIVs y clubes, aunque no parece ser miembro (todavía) de la Obra. Si es así, es como si hubiera repetido la historia: el Opus se interesa por tí cuando les convienes aun por las razones más extrañas.

En fin, fue un cura del Opus (hay que ser sincero) el que me sacó del infierno y me explicó que el voto que había hecho era completamente nulo. Por supuesto, intentó convencerme de que fuera agregado y lo rechacé en frente de sus narices, explicando que el Opus Dei me parecía "demasiado corporativo". Pero el alivio no vino y entré un día en Urgencias con una crisis de ansiedad... Ese día fue extraño, porque fue la misma numeraria de antes la que me acompañó, a pesar que yo (en mi estado) le dijera que hiciera lo que le pareciera correcto. Y ahí la maquinaria empezó a funcionar en mi contra y fui acusado de "chantaje emocional"... gracias a Dios, la gente no hizo caso o posiblemente, en el estado en que estaba, me habría matado.

La recuperación, lenta. Con psiquiatra (¿del Opus?) incluido... aunque éste hizo bien su trabajo. Es curioso que me ayudaran mucho cierta gente considerada "maldita" por los cercanos del Opus... gente más alejada de la Fe o incluso ateos, pero humanos al fin y al cabo... Y así, tuve que obligarme a salir de noche (por ridículo que suene) para comenzar una desprogramación... de mí mismo o quizás del Opus. Aún faltan muchas cosas que arreglar, como por ejemplo, tener una novia algún día (el buen signo es que hay alguna que me gusta) o decidir (y cumplir) no continuar un posgrado en esta universidad, porque siento un rechazo (lógico) a todo esto y quiero alejarme por un buen tiempo de ellos.

Quería compartir mi extraño testimonio porque creo que, de alguna manera, soy también una víctima del Opus. Espero que haya sido yo el único caso de "pseudo-opusiano" y no se les ocurra crear de esto una nueva forma de coacción. Espero que haya sido sólo mi "buenismo" e ingenuidad el que me llevara a esto y no una trama planeada de principio a fin.

aldeano