Enrique rojas: No consta como colegiado psiquiatra.- Isabel Caballero
Fecha Wednesday, 14 January 2009
Tema 900. Sin clasificar


A mediados de Nov. 08 en Venezuela, como siempre, exportando mentiras.

 

“ … el médico psiquiatra y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique Rojas …”  FALSO

 

Nota: Desde que empezaron a aparecer las denuncias en opuslibros.org, “la titularidad de la cátedra en la UCM”, que ni tiene ni ha tenido, la camufla en medio del texto y así Google no la recoge en las primeras reseñas (antes “el cargo”, aparecía en el título o en la entradilla de la noticia o el art.).

 

Situación de Enrique Rojas, en el Colegio de Médicos de Madrid

 

Empecé investigando si Enrique Rojas era “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense o no. Resultó ser que no sólo no lo era, sino que nunca lo había sido. También investigué si lo había sido de alguna otra universidad madrileña y obtuve el mismo resultado, pese a que de esta forma vil, engaña a la ciudadanía:

http://es.youtube.com/watch?v=sF389MfL6zk

 

Muy mal por mi parte. Fatal. No tengo excusa...



Partí dando por cierto hechos que no podía imaginar que no lo fueran.

 

Una nueva víctima que encontré en internet, me dijo que en el Colegio de Médicos de Madrid, Enrique Rojas no estaba colegiado como “especialista en psiquiatría” y que no tenía el título de “Doctor”. Que tenía documentos acreditativos al respecto y los había aportado en una denuncia que pensaba le habían archivado porque no le habían contestado.

 

También me dijo que al intentar averiguar sobre la especialidad de Enrique Rojas,  teniendo en cuenta las fechas del documento que sobre la formación de Rojas, le habían expedido oficialmente, que había hecho un curso de “Psiquiatría” y al preguntar y pedir explicaciones sobre si en “un curso”, se podía hacer la especialidad y como había podido hacerla tan rápido, recibió respuestas que le parecieron absurdas. Y ahí dejó el asunto, harto de emplear tiempo y salud, para conseguir una información que debería ser pública, cuando alguien ofrece sus servicios al público y más, en el ámbito de la salud.

 

La verdad, es que no sé si esta información es pública y en el caso de miembros del Opus Dei o de Enrique Rojas, no lo es (este punto lo desconozco, pero sí sé, que es muy difícil conseguir cualquier información sobre Enrique Rojas, para la defensa de nuestros legítimos intereses, ya que todo son pegas).

 

Con las averiguaciones sobre el doctorado, aun no he empezado. Me da miedo porque vengo encontrándole a Enrique Rojas – ojalá me equivoque -, un parecido enorme con el retrato que hacéis del Fundador y no tengo ni idea de cómo se llegan a los “pantallazos” tan clarificadores que pusisteis aquí, sobre las tesis de Escrivá.

 

En lo referente a la especialidad, “el curso de psiquiatría” del que me hablaba esta víctima, me sonaba a “cursillo” y no a verdadera especialidad y el 8 de Enero llamé a “Colegiaciones” (telef. 91 538 51 35) en el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid y pregunté si D. Enrique Rojas Montes era psiquiatra o no.

 

Me respondieron “NO NOS CONSTA”. “El Dr. Rojas Montes está dado de alta como “médico sin especialidad” y aunque los Estatutos dicen que los médicos deben aportar la documentación que acredite la especialidad que tienen, el Dr. Rojas no la ha presentado todavía. Puede ser que no tenga especialidad y por eso no ha aportado la documentación correspondiente  o que sea psiquiatra y no ha traído la documentación. EN EL COLEGIO NO CONSTA como especialista en psiquiatría”.

 

Teniendo en cuenta que Enrique Rojas se colegió en Madrid en el año 78, tiempo ha habido para que cumpliese con los Estatutos o le llamasen al orden por no cumplirlos y le requiriesen la documentación pertinente.

 

No se me cayó el alma a los pies, me quedé sin alma.

 

Pensé, ¿Cómo LECHE, estos “Ilustres Doctores” le han archivado a Enrique Rojas denuncias y expedientes disciplinarios abiertos por unanimidad, que tenían siempre la mala praxis psiquiátrica de fondo y no se han molestado en requerirle la documentación que según los Estatutos - que ellos mismos elaboraron, aprobaron e implantaron -, debería haber aportado?

 

Y también pensé: Qué inhumanos, qué cínicos, qué hipócritas, qué encubridores, qué saboteadores de derechos y de la democracia. Nada ha cambiado. Se sigue actuando “a dedo” y a “golpe de mano” (y mucho más de todo, en la misma línea).

 

¡Quiénes se habrán creído que son, para tratarnos con ese desprecio! Para creer que nuestra vida no vale nada y sólo tiene valor la suya. Me hicieron perder más de tres años con abogado para terminar archivando hechos que considero terroristas y resulta que “NO LES CONSTA la especialidad de Enrique Rojas”. Eso no me lo habían dicho. No figura en la instrucción del expediente disciplinario 1/99, que encontraran irregularidad entre las pruebas aportadas – donde Enrique Rojas se identificaba como “Catedrático de Psiquiatría” – y la información que el Colegio tenía. ¿Cómo instruyó el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid? ¿Qué se molestó en averiguar, si ni siquiera miró su base de datos?

 

Me resulta indiferente ahora, si Enrique Rojas al final resultara “psiquiatra”, que me temo que si lo fuera, seguramente no será mediante fórmula en la que quede claro y se pueda probar que ha competido en igualdad de condiciones con otros colegas, sin enchufes, amiguismos y tráfico de influencias.

 

A estas alturas, por la información y experiencia que tengo, no creo que Enrique Rojas haya competido como lo que entendemos “dentro de la legalidad e igualdad de oportunidades”, con otros colegas, para acceder a títulos, puestos públicos y/o premios NUNCA.

 

Me empieza a parecer que en el caso de Enrique Rojas, hay “mano Opus Dei” y mucho me temo que aunque odio el ruido, tendré que unirme a las cacerolas. Por favor avisarme que allí estaré con cacerola y cucharones.

 

Gracias por v/paciencia. Perdonadme, pero no me voy a callar. No me quiero callar. Porque para que este elemento – Enrique Rojas - y sus contactos, no osen actuar fuera de la legalidad de nuevo, tiene que existir un día, donde no le permitan hacerlo más. Demostrado está que es reincidente en el atropello de derechos fundamentales, además de perverso y maquiavélico.

 

Isabel Caballero (Madrid – España)







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