Hola Amapola. No he sido Numeraria Auxiliar (me gusta ponerlo con mayúsculas). Tampoco he pertenecido al Opus Dei, ni sé donde está exactamente ese sitio donde convoqué la “cacerolada”. La calle Diego de León, por supuesto que sí y como el mundo es un pañuelo y Madrid una esquita, si se llega a hacer alguna cacerolada, allí estaré con una cacerola  que suene bien y dos cucharas – una por ti y otra por mí -. Si no puedes venir no te preocupes. Se te oirá.

Efectivamente leí tu relato y me impactó, al igual que me impactaron los de A.R., MGM, Mercy, Mari Paz y cualquier otro que haya leído y del que me esté olvidando. El día que leí el tuyo, llevaba tiempo por aquí y, no sé por qué, no lo había visto. Así como me alegre mucho con las compras de boutique que hizo Mari Paz (¡Menos mal!), viví de otra forma la Primera Comunión de tu hermana pequeña y tu generosidad de invitar a “la señorita acompañante” a los dulces de tu pueblo con las – creo que eran 500? – pesetas que te dio. ¡Qué gente! ¿O gentuza?.

No había encontrado nada por aquí tuyo después de leer tu relato. Pensé que ya no escribías y casi me quedé con tu nombre (sólo casi, el mío tiene bis) ;)). Después enviaste el pedazo de “Visa de TorreCiudad” y pensé decirte que si querías, dejaba de utilizarlo, pero se me pasó.

Quizás en mi inconsciente quería compartirlo con una causa con la que me solidarizo. Pero el ofrecimiento sigue en pie, Amapola. Si quieres dejo de usarlo, aunque tengo la impresión que no te importa (eres la chica generosa que invita a dulces). En cualquier caso “cacerolearé” – si hay cuoro, no creo -,  con mi cara y mi nombre – algún día hay que darlo –, pero estarás allí con otra cuchara.

Si escribo como Amapola bis, no te preocupes. No te meteré en líos liosos. Nunca discutiré ni pelearé si la Santísima Trinidad es Una, Trina o Tropecientas o sobre lo que el Concilio dijo o quiso decir. Me parecen nimiedades sofisticadas, frente al atropello de derechos que se da, en las que no entraré. Creo que existen prioridades y entiendo, que primero deberían respetar los derechos y las vidas de los demás sin intentar someterlas o interferir en la sociedad civil y en la vida misma y después … ya podríamos hablar del más acá, el más allá o cualquier otra cosa, siempre que no sigan pidiendo que cumplamos los demás, lo que ellos mismos no cumplen en pro de su propio beneficio personal (al final, es un beneficio que recae sobre un número reducido de personas).

Amapola bis, no tiene historia aquí, Amapola. Empezó contigo hace unos meses.

Un beso fuerte, ¡valiente!,