Atomito, has dado en el clavo.- Sotadeoros
Fecha Tuesday, 30 December 2008
Tema 010. Testimonios


Atomito, has dado en el clavo al decir

 

"Esta infancia (...) mental es una característica esencial del Opus, sin la cual se desintegraría".

 

das en el clavo con puntería certerísima. Y para que no pasen desapercibidas las líneas con las que continúas, aquí las pego:

 

"El Opus no puede apoyarse en individuos con criterio propio, con libertad de espíritu, con sentido crítico, con un espíritu independiente. El Opus funciona con hijos obedientes, con niños aplicados que se amoldan a lo que el Opus quiere y que adoptan como propias todas las cosas que el Opus les inculca"...



Pinchando en tu nombre llegué aquí y te digo que me identifico con lo que expresas, pero nunca jamás se me ocurrió llamarme apóstata. Me imagino que cuando ya fui capaz de formular mi propia interpretación del Universo, las nomenclaturas varias (o insultos y descalificaciones) provenientes de los que intentan domesticar el libre pensamiento de los demás, dejaron de tener significado.

 

Todos tenemos la capacidad de aceptar como verdad aquello que no entendemos; a eso se le llama fe. Es una opción que tenemos todos porque la fe, en principio, es una habilidad de libre acceso (libre entrada y libre salida). Por supuesto que cuando desde la infancia se le han inculcado a uno miedos y prejuicios para amarrarle a una fe, ésta ya no es de tan libre acceso...

 

Es fácil aceptar aquello que no se entiende, especialmente cuando se le dan los poderes especialísimos de ser "un misterio". Llámale misterio, llámale leyenda, llámale mito, llámale equis...

 

Los griegos creían que un ser iridiscente hacía las veces de mensajero entre el mundo de los humanos y el Olimpo (¡qué absurdo!). La Biblia habla de un arco puesto por Dios en las nubes como recuerdo del diluvio universal (¿menos absurdo?).

 

El Popol Vuh -libro sagrado de los mayas- nos relata la creación del hombre. En el primer intento el Creador creó al hombre de barro, pero éste no podía ni moverse ni hablar. En el segundo intento Dios usó madera; estas criaturas podían hablar, pero no tenían alma. En el tercer y último intento, el hombre fue creado de la sustancia del maíz (¡qué absurdo!). La Biblia nos relata que: "Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (¿menos absurdo?).

 

Ser adulto conlleva el organizar el propio pensamiento y formular una interpretación personal y consciente del Universo. Esta es la auténtica libertad. Tú eliges quién eres, qué piensas, qué dices, cómo te comportas. Tú. Conscientemente. Tú. Intransferiblemente. Tú. Personalmente. Tú.

 

Así, cuando decides (o no) abrazar una fe determinada, lo haces con el conocimiento de que esa es tu opción personal, lo que tú eliges creer. Y respetas que otros elijan su propia manera de creer y vivir. O sea, tu felicidad depende de ti, no de que los demás piensen y hagan lo que tú quieres. La felicidad es una cuestión personal, no de grupo. La felicidad es una cuestión de actitud, de voluntad.

 

El gran problema de las instituciones religiosas es que se adjudican la misión divina de propagar su peculiar visión del mundo y de decidir lo que hemos de pensar y cómo nos hemos de comportar los demás. Sin embargo, esto no es más que una artimaña para amasar poderío.

 

Me crié en un ambiente cristiano fundamentado en la filosofía occidental, y de lo que se mama siempre algo queda, ¿no? Pero no me defino como cristiana. Tampoco me considero atea, ni agnóstica. Acepto que tengo muchas preguntas sin respuesta. Me considero una persona espiritual, pensante y no veo la necesidad de ponerle etiquetas a mi manera de ver el mundo; de por sí cambiante. Me contento con evolucionar según recorro mi vida. Esta evolución mía está anclada en mis experiencias y, según el dicho, "Cuando el alumno esté listo, el maestro aparecerá".

 

Hay diferentes maneras de interpretar el Universo. Cualquier institución que consigue que las personas le cedan a ella su capacidad de libre pensamiento consigue una cierta soberanía sobre ellos. El hambre de poder es mucha.

  

Sotadeoros

 

 

(PD: Veo que escribes con un teclado anglo y me tomé la libertad de incluir acentos y tal en tus citas.)







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