Carta de Navidad.- abeto
Fecha Friday, 19 December 2008
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


CARTA DE NAVIDAD

 

Queridos todos:

Y todos, es todos. Todos los amigos de la Web y los que no lo sois tanto. Los que escribís con frecuencia para dar luces y ayudar, y los que lo hacéis para defenderos, o para atacar, o por simple obediencia desde vuestro trabajo en la AOP (apostolado de la opinión pública).  Los que os sentís representados por Agustina y los que solamente lo simuláis, actuando como topos. Los que os identificáis más con Francisco Cordero, y los que estáis en absoluto desacuerdo con él. Los que desearíais conocer la identidad de Alejandro y Cía, para sumaros al grupo, y los que lo deseáis, para machacarles. Y a los que como DOP, Salypimienta y muchos otros, empezáis a retomar la andadura en libertad. Los que entráis para leer por curiosidad, sea abiertamente o a escondidas (esto lo hacéis a miles, lo sé), y los que lo hacéis buscando respuesta a los interrogantes de vuestra vida. También a los que sólo buscáis información. A los que lo hacéis por equivocación, intencionadamente o no, y también a los que caéis por casualidad.

Los que nos habéis hecho reír y los que nos habéis hecho llorar.

Queridas 400.000 víctimas (aproximadamente), mis compañeras de viaje, engañadas y heridas en nombre de Dios.

Queridas las 7.000 – 8.000 entradas diarias. Y queridas también vuestras familias; las de los lazos de sangre y las de lazos más fuertes que éstos. Y queridos también vuestros amigos: los particulares y los que no lo son tanto; los fingidos y los de verdad. Y vuestros vecinos, y vuestros colegas, y vuestros jefes, y vuestros directores, y todos…

Para todos una buena nueva a la entrada de éstas fiestas Navideñas: “Tranquilizaos, mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegría que lo será para todo el pueblo”.

Seguro que el 2009 será bueno para todos. La crisis podrá dejarnos pelados, pero los vientos corren a favor. Dios es misericordioso y ha escuchado nuestras voces. Creo que también ha escuchado a los que habéis dejado vuestra fe a jirones en el camino, pues conoce vuestro interior y no necesita de vuestra oración para entenderos.

A todos, Dios nos repartirá libertad, esa libertad imprescindible para ser feliz.

A todos los de dentro -y a los de a caballo también-, os deseo que cuando llegue el nuevo don, sepáis recibirlo con agradecimiento, y sabiendo disfrutar al máximo del renovado aire con el que tendréis que aprender a vivir, aunque esta lección se aprende pronto. Que seáis siempre vosotros, que nadie os suplante; consecuentes y fieles a Dios. Sólo a Dios.

A los que, ya fuera de la barca, respiramos libertad cada mañana, también felicidad y un fuerte abrazo.

Y todo mi agradecimiento a los que contra todo pronóstico han apostado porque la verdad salga a la luz, dejando energías, gastando su tiempo, arriesgando su prestigio, exponiendo su honor.

A ellos debemos un homenaje.

Porque ahora sí, ¡por fin!, tenemos motivos para estar esperanzados.

A todos, ¡felicidad… y un brindis! 

Abeto









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