¿QUE ME ACONSEJAN?.- COSTANZA
Fecha Wednesday, 17 December 2008
Tema 078. Supernumerarios_as


A quien lea esta carta

Conocí la Obra hacen ya cuatro años. Durante los dos primeros años me fui interiorizando, mi entusiasmo era muy grande, en mi caso no intentaron captarme era yo misma quien pedía y pedía ingresar pero no me tenían muy en cuenta, por lo visto no "veían mi vocación". Finalmente la vieron, cuando obtuve una beca a Navarra y ocupaba un puesto relativamente importante en una institución, entonces logré ingresar como supernumeraria que era lo que yo tanto buscaba, no quería otra cosa. Entonces comenzaron las muestras de cariño, la persecución para que cumpliera con todas las clases que debía tomar, pero mi entrega y mi disposición era tal que cumplía, y cumplía, y cumplía...



Ese idilio inicial duró muy poco, seis meses después sufriría el primero de muchos desencantos, la beca finalizó, renuncié a la institución donde trabajaba, y a partir de allí quedé relegada. Hicieron excepciones conmigo, cambiaron el horario de las clases de doctrina sólo por mí y abrieron otro círculo.

Sin embargo, me sentí sola todo el tiempo, en parte por mi culpa pues la mitad de supernumerarias proviene de la institución a la que yo había renunciado y francamente no quería encontrarme con ellas, ya había tenido bastante de aquel grupo. Claro, había otra mitad pero no conseguí relacionarme con ninguna. Pronto comprendí que la directora pide sinceridad pero ella misma no siempre la da, que la directora no es necesariamente una amiga. Hubo un cambio de directora pero ahí todo siguió empeorando. La rigidez de esa nueva directora sumada a mi alto sentido de la responsabilidad llegó a enfermarme físicamente en reiteradas oportunidades. Nunca se aceptaba un no, tenía que estar siempre dispuesta a cumplir con las normas costara lo que costara. Jamás me sentí valorada ni comprendida, sólo exigida, si llegara a ser santa realmente lo sería "a palos" metafóricamente hablando por supuesto.

Sólo recibía cariño y comprensión del sacerdote del centro pero claro, sólo podía "verlo" más bien hablar con él, detrás de un confesionario una vez por semana. Lamentablemente a mi necesidad de cariño y compañía no le alcanzaba esto.

Fui descubriendo poco a poco las cosas que no te dicen cuando vas a entrar, ésas que se saben sólo cuando uno está dentro, y hay muchas que todavía no sé pues no será todavía el momento para que yo las conozca.

Me retienen hoy los amigos y gente fantástica de la Obra que conocí en mis frecuentes viajes, pero ellos no están aquí, no forman parte de este Centro que es para mí un lugar frío, sin afectos, sin amigas. 

Siento culpa y dudas pues irme significaría abandonar la lucha, darme por vencida, faltar a la fidelidad, perder aquellos amigos lejanos geográficamente.

Descubrí esta página por completo "azar" y no sé muy bien por qué estoy escribiéndoles, quizás me den luces, mi decisión no está todavía tomada del todo, dudo por lo que perderé. Pero uds me ayudaron a ver que no soy yo quien faltaría a la fidelidad pues una cosa fue lo que me informaron al entrar y otra la realidad que poco a poco va apareciendo.

En los dos años que llevo sufriendo las charlas fraternas con la directora - en todo el sentido de la palabra, tanto física como emocionalmente- he sentido que en realidad esperan que me vaya, cansarme hasta que me vaya por mi propia cuenta, nunca recibí encargos de ninguna clase, simplemente me excluyeron y me dejaron de lado de todo lo que allí ocurría.

Si resumiera mis razones, éstas serían:

No me adapté a las numerarias, pareciera que carecen de afectos y cuando los manifiestan, éstos parecen calculados.

No me adapté a la charla fraterna

No encontré sinceridad, hay cosas que se ocultan al principio, se van mostrando poco a poco.

No me acostumbré a la seriedad mortal que reina allí todo el tiempo. Precisamente porque soy una persona muy seria me hace falta un ambiente que contagie alegría, espontaneidad, risas y "chispa"

 

Puesto que es el único centro en mi provincia, aparentemente sólo tengo dos opciones, quedarme o irme.

 

Gracias por "escucharme" unos minutos.

 

Costanza







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