l@s numerari@s no tienen ni idea de la vida de pareja, porque no es algo que pueda aprenderse en teoría, ni de lejos. Pero darán todos los consejos que se les ocurran: a ell@s, al vademecum aplicable y al cura de turno. No tienen ni idea de lo que es vivir a dos, porque, incluso con Dios, siempre viven a tres: la intimidad de la relación más importante de su vida, que es promiscua por decreto fundacional, pasa siempre por la "charla fraterna" y, por eso, son las personas más escépticas en relación al amor de pareja que he conocido en mi vida: es un mecanismo interno lógico, creo. Son gente que da pena. La idea que se hacen de la vida en común de un hombre y una mujer, reflejada en el modo como encaran y comentan la vida de l@s supernumerari@s y en los ejemplos de sus "charlas", debitadas en el tono de elevación moral que todos conocemos, sería hilarante en otras circunstancias. Mujeres solteras con "sólida formación doctrinal" discursando y opinando sobre el amor de pareja. Mejor que eso, tal vez sólo hombres solteros y piadosos sobre el mismo tema.

Cuando se les habla del amor como identificación, sonríen à la opus, aquí con exquisita delicadeza, creo, y dirán que muy bien, pero que es una utopía, y que no es exactamente necesario para la "santidad". Y eso es mentira: es absolutamente necesario.

Sin un amor de esos, no se vive: tal vez con suerte se eduquen los hijos y sucesivos clichés . Vivir no es eso. Amar así, radicalmente, es lo único que vale la pena en la vida, lo único, y no tiene realmente nada que ver con los hijos. Es posible, es bueno, es inevitable. Dicen que es una utopía, que es muy difícil encontrar a la persona "cierta", que tienes que "madurar": no tienen ni idea de como es fácil, natural, consolador, a la medida de cada uno.

Yo fui numeraria y sabía todo, e incluso daba charlas a pedido, como todas y todos. (Me encojo físicamente cuando pienso en mi figura, qué cosa!) Hace mucho que no sé todo, la vida se encargó sin fallas de eso: pero una de las poquísimas cosas que sé muy bien, por haberlo vivido, es que el amor radical de pareja no es utópico y es esencial, aunque pasen las cosas más dolorosas, íntimas y definitivas que puedan imaginarse. Utópico? Gente muy extraña, la del opus. Extraña y de miedo: discapacitados emocionales erigidos en explicadores de la voluntad divina.

Un abrazo,

Carocha