No existimos en la Agencia de protección de Datos ni en el Opus Dei.- Daniel_M
Fecha Monday, 24 November 2008
Tema 110. Aspectos jurídicos


Leo la carta de Mabel del pasado viernes, contestando la mía anterior del miércoles, en relación con el hecho cierto de que el Opus Dei no sólo no contesta a la carta de admisión y dimisión de un miembro sino que tampoco certifica que un ex-miembro lo fue de su institución.

Mabel menciona la agencia de protección de datos y que existen dos ficheros del Opus en ella. Esto es cierto, son los siguientes:

Bajo la Razón SocialASOCIACIÓN DE COOPERADORES DEL OPUS DEI”, aparece el fichero “SOCIOS” con la finalidad de “gestión de los socios de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei”.

Bajo la Razón SocialOFICINA PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS PRELATURA DEL OPUS DEI REGIÓN” aparece el fichero “VODE” con la finalidad “envío de la publicación a los suscriptores”.

No hay, por tanto, ningún fichero del Opus Dei que contenga los datos personales de los ex-miembros del Opus Dei ni tampoco de los actuales miembros. Al menos, registrado en la Agencia de Protección de Datos de España no existe...



De todos modos, a lo que me refería en mi anterior escrito era respecto a que el Opus Dei no certifica que una persona haya sido miembro de su organización. Yo no hablaba de los datos solicitados bajo la legislación de la Agencia, que como Mabel indica son sólo nombre, apellidos y unas fechas.

Lo que yo pedí a través de mi obispo al Opus Dei fue que me dieran una certificación de que había sido miembro supernumerario. El Vicario correspondiente se negó con la excusa de que no había normativa al respecto y no me entregó ninguna. De hecho, en mi opinión, desobedeció al obispo pues este habló en un par de ocasiones con él al respecto.

Según la Real Academia de la Lengua Española, “certificación” es un “documento en que se asegura la verdad de un hecho”. En Wikipedia se explica con detalle lo que es un certificado y los diversos hechos que pueden acreditar. Copio la estructura general de un certificado que allí se indica:

Nombre o logotipo de la institución

CERTIFICADO

D./Dª Nombre y apellidos, cargo que ocupa en la institución,

CERTIFICA

Que D./Dª nombre y apellidos', con DNI 'número' ha participado / organizado / realizado...

Y para que conste a los efectos oportunos, expido el presente certificado, a petición del interesado, en lugar, el día fecha.

Firma de quien expide el certificado

Fdo.: Nombre y apellidos

Sello de la institución

Yo solicité al Opus Dei que lo hiciera respecto a mí ya que durante más de 14 años había sido supernumerario de la Institución. Como he dicho, el Vicario se negó a emitir un certificado que “asegurara la verdad de un hecho”: que fui supernumerario del Opus Dei.

Da igual los años que haya servido un ex-miembro en la institución, simplemente el Opus Dei –organismo con personalidad jurídica tanto civil como eclesiástica- se niega a dar testimonio de la verdad al modo propio de las personas jurídicas, certificando que esa persona fue miembro de su institución durante los años que fueran. Esto es muy distinto a que se pidan los datos según la ley de protección de datos y que te contesten con la fechas de incorporación y cese, seguramente sin decir si se fue numerario, agregado o supernumerario.

Quiero recordar la definición del Opus Dei que aparece en la estampa del fundador Josemaría Escrivá: “camino de santificación en el trabajo profesional”. Pues bien, en todo trabajo profesional se acredita la veracidad de un hecho, el que alguien haya trabajado el tiempo que sea en una empresa y en una categoría profesional determinada. Es parte normal y habitual del ejercicio profesional, los certificados laborales. Pues esto, el Opus Dei no lo hace bajo ningún concepto. Este fue mi caso. ¿Cómo se puede defender que “santifican” el trabajo profesional, que lo hacen “con perfección” cuando se niegan a hacer lo más básico del mundo profesional, certificar una relación de servicios?

Hay otra reflexión más: da igual lo que uno haya hecho por el Opus, los años servidos, las enfermedades adquiridas, los bienes entregados… todo el sufrimiento… si uno se va, te echan encima el estigma de haber abandonado la “vocación”, y además, se niegan a testimoniar la verdad de que fuiste miembro.

Quiero subrayar la importancia de que la Institución se niegue a certificar que un ex-miembro tuvo relación con ella. Esto si es llevar la “muerte civil” al máximo grado. Los que tienen que dar testimonio de la verdad de ti se niegan –con cualquier excusa- a darla ¿y se llaman seguidores de Cristo, que es “la Verdad”?

Otra reflexión consecuente con la anterior… se palpa el desprecio, el nulo respeto a la persona del ex-miembro. La falta de caridad que lleva anexo el negar la verdad de la parte de la vida de una persona. La “dureza de corazón” bíblica, pues se trata de borrar la “memoria” de una persona, la memoria de parte de su vida.  No es nada nuevo, los antiguos egipcios destruían los relieves de los faraones odiados de manera que no quedara ni recuerdo de su nombre.

El Opus no hace nada nuevo. También borran la existencia de una persona en su institución y le niegan que haya hecho algo por Dios en su vida. O acaso no nos metimos en el Opus creyendo que Dios nos llamaba a entregarnos, ¿no lo hicimos por ese amor a Dios aunque fuéramos engañados por esta prelatura?

Pensemos en las causas de los siervos de Dios que el Opus Dei lleva. Recogen toda la información para demostrar que dichas personas sirvieron a Dios de modo heroico. Su negativa a testimoniar que alguien fue miembro es sustraer de la historia de la vida de esa persona que “sirvió a Dios” durante unos años en su institución. Es mutilar su vida, y borrar que sirvió a “la Iglesia” cuando creía que la Obra servía a la Iglesia –ya sabemos que no es así, que la Obra es centrípeta y sólo se sirve a ella.

En el campo jurídico, si una institución se niega a certificar que alguien fue miembro de ella, eso perjudica a la persona. Pues no basta, como dije, la simple palabra de una persona, necesita el testimonio de un tercero autorizado que de fe del hecho. Y eso se complica mucho, cuando el “tercero”, la institución a la que serviste, se niega a ello.

Para terminar, y contestando los últimos párrafos de la carta de Mabel, no basta denunciar unos hechos, una página web o cientos, acudir a un obispo, ver que no te hace caso y luego apostatar –como hizo una de “quienes somos”; es necesario, asociarse, que es crear una persona jurídica con capacidad de acudir a los diversas instituciones y moverlas a que obliguen al Opus Dei a cambiar sus modos de tratar a sus miembros y ex-miembros.

Un saludo, Daniel_M.







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