Sobre el escrito de Heraldo respecto a la fe-en-la-espera o la fe sin práctica.-
Fecha Wednesday, 19 November 2008
Tema 090. Espiritualidad y ascética


El escrito de “heraldo” sobre la Fe después de la Obra me ha parecido muy interesante. Me gustaría aportar alguna a lo que reflexiona. Creo que las referencias a la sexualidad del fundador del Opus Dei, tanto las de los escritos de Atomito como las suyas más suaves, se hacen sin prueba alguna. Se afirma algo sin poder probarlo. Por lo que sobran ya que no aportan ningún elemento en el debate acerca del Opus Dei. Para mí, son entendibles estas opiniones sólo dentro del contexto de resentimiento personal hacia dicha prelatura.

Coincido con Heraldo en que la solución para superar la experiencia de la Obra no es el ateísmo radical y que el abandono de la fe supondría una quiebra psicológica para bastantes ex-miembros...



Es curioso observar como a lo largo de la historia de la humanidad, los hombres siempre han poseído siempre un sentido o dimensión religiosa –a nivel particular y social. Tanto como los sentidos del cuerpo, o la inteligencia, existe  también una dimensión religiosa. Lo dirigieran a adorar varios dioses, o a las fuerzas de la naturaleza personificadas… es constante en todas las culturas un sentido religioso, en la que el hombre se “religa” por una serie de actos a seres superiores –dioses varios o un único Dios.

Me parece que para personas que han vivido un exceso de intensidad religiosa superior a sus fuerzas, la espiritualidad del Opus Dei, dejar de practicar y/o de creer es una mutilación de una faceta o dimensión real de su personalidad. Cierto que el exceso de “espiritualidad” fue posiblemente un mal en sus vidas; pero la ausencia radical puede también serlo. El abandono de la práctica religiosa –la fe con obras- creo que supone siempre una reducción de miras, una pérdida de sentido vital. Es evidente que estas personas tenían una dimensión espiritual tan real como la intelectual, la corporal y de los sentidos; si no, nunca hubiesen entrado en el Opus Dei.

El creer y practicar es en el fondo, un sólo acto continuo. Comienza con el pensamiento –el acto de creer- y termina con el comportamiento –el acto de la obra concreta por esa fe que se cree. Cada uno actuamos, según lo que creemos. La Fe sin obras, nunca es fe. Y, con todo respeto, creo que la Fe católica sin práctica sacramental católica, tampoco.

Leemos en el evangelio de este domingo sobre el amo que presta 1, 2 o 5 talentos a sus siervos con el fin de obtener intereses de cada préstamo. Se podría por analogía pensar en estas cantidades como la “capacidad” de esa dimensión espiritual de cada persona. Capacidad entregada por Dios a cada uno. Exigir 5 a quien sólo recibió 1 o 2, es una clara injusticia. Pero también lo es haber recibido 1 y no devolver nada.

Y aquí quiero comentar la mención de Heraldo sobre el abandono de la práctica sacramental y lo que él denomina fe-en-la-espera basada en la misericordia de Dios. Es decir una Fe en Dios sin existir ninguna práctica sacramental. Entiendo el rechazo psicológico hacia la práctica religiosa normal que por asociación puede generar el “machaque” excesivo de la práctica religiosa del Opus Dei. Pero ello no lleva a justificar una supuesta fe sin obras, que es lo que me parece que Heraldo cae al dar valor a lo que llama fe-en-la-espera…

Los hombres de un médico esperan que domine su ciencia –la medicina y la especialidad que sea- y que pueda curar a un enfermo; de un bombero se espera que conozca su profesión y pueda apagar un incendio; de un juez que sepa el Derecho y como aplicarlo cuando dicte una sentencia… y así podemos decir de todas las profesiones. Pues igualmente, de un cristiano bautizado y confirmado, lo que se espera es que conozca los principios de su fe y los aplique en su vida diaria. Si no, algo le falta para ser llamado cristiano.

Es mejor animar, a los que no “practican” tras dejar el Opus Dei, que revitalicen su dimensión espiritual –tan real como la intelectual, la corporal y de los sentidos- con las obras espirituales, es decir, la “practica” y por supuesto “sacramental”. Que vuelvan a vivir una espiritualidad pero adaptada a su real capacidad personal actual y no a algo superior a sus fuerzas, las que Dios les dio.

Un saludo, Daniel_M.







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