Hola a todos,
Quiero decir que el primer numerario de quien me referí en
mi anterior correo no necesariamente fue como dicen que fue, porque aunque le hubiera pasado eso, a todos nos han pasado tantas cosas que se pudiera decir que nosotros somos completamente felices o completamente desdichados, sea tomado el momento de nuestro acontecer como una fotografía total.
Necesito afirmar que cuando yo escuché muchas anécdotas así yo era muy imaginativo, sin criterio alguno de la vida, inseguro, y fantasioso. Durante toda mi vida llevaré el recuerdo de aquellas caras de personas que nunca conocí, pero que están en mi imaginación, como también están la de muchos personajes literarios de los que llevo una representación borrosa.
A continuación me adentraré en una imagen polémica, la de Judas, que voy a tratar.
Yo he asistido al árbol en donde Judas se ahorcó. Durante mi estancia en el opusdei creo que muchas veces me lo imaginé. Es un árbol negro y era de noche, corría un aire obscuro y hacía un silencio que me daba la sensación de un vacío.
Creo que algunas veces en la Iglesia se hace referencia a Judas, pero no estoy seguro de que conozcan el sufrimiento y la injusticia de haber quedado sólo, de ser "el marco de referencia", no creo que conozcan el árbol que yo conocí en aquellas meditaciones, cuando el sacerdote a media luz contemplaba la escena desoladora.
Si yo le dijera a "san escrivá and company" que aquellas escenas no me dejan dormir, seguro es que preferirían mi muerte antes que me las dejara de imaginar, me llevarían con sus psicólogos y me dirían que estoy muy enfermo, pero no las dejarían de decir.
Lo que dije, exactamente me pasó, pero ese no es el problema, porque gracias a Dios me desecharon en corto tiempo. Lo que quisiera decir es que muchos entrarán a una situación así... Quisiera decirle a todos aquellos que no sean tan imaginativos, que tengan criterio, que no se dejen llevar por tantas anécdotas circunstanciales. En fin, que no sean tan tontos como yo lo fui.
Jumento Ilustrado.
