En relación a la película CAMINO:

Nací unos poquitos años después que Alexia, por lo que el opus que se refleja en la película era el de cuando pité. Cuando era adolescente nos hablaban de Alexia en el club a todas horas, hacía poco que había fallecido. Era nuestro ejemplo y modelo. Incluso nos traían a Moncha, la madre de Alexia, a contarnos la enfermedad de su hija con pelos y señales, remarcando EN MAYÚSUCULAS (era lo central de las reuniones) que su hija había pedido o quería pedir la admisión a la obra antes de morir. Yo recuerdo que rezaba como una loca para coger cancer y morirme sufriendo como Alexia. De acuerdo que no era lo que me decían que hiciera, pero no sé porqué recibí así el mensaje. Por suerte y a pesar de ser menor de edad, me di cuenta de que eso no era normal. A parte de todo esto pité con 14.5 años, pero a la que pude y me dejaron, claro está que irse no es  fácil, me alejé de todo sin ayuda de ningún  adulto. Creo que el error no era mío. Adultos me explicaban cosas raras que yo por suerte no creí. Adultos me engañaban en nombre de Dios. Adultos que creían que hacían el bien, profesoras, monitoras, sacerdotes, padres, todos a una! Y los menores hijos de supernumerarios están solos y desprotegidos ante el peligro: el colegio, el club, la casa. Ya es mala suerte nacer en una familia del opus. Es como nacer en Afganistán y ser mujer, no te queda otra que ponerte el burka. No hay noes que valgan. No hay derecho lo que se hace con los menores en el opusdei en un país democrático como el nuestro. Y la iglesia lo permite… no me lo explico. Por qué?

La película refleja perfectamente lo que es el opusdei. Esa frialdad, esa falta de amor, ese interés, ese afán de apartar a la niña del mundo normal, esos gestos de desarobación cuando la niña quiere dejar de ir al club que no es más que chantaje: si no lo haces yo me siento mal, así que como no quieres que yo esté mal no puedes dejar de ir al club, ah! y te quiero mucho... Es todo tal cual. Así es el opus. A mí la película me hizo llorar y también reir. Reir al ver reflejadas las prácticas opusinas que rozan la ridiculez y vistas con distancia me dan risa, aunque lástima por quienes aún las practican. Llorar, no sé si Fesser se lo ha inventado o era así en verdad (ojalá fuese verdad pero en cualquier caso es una película), al ver cómo un padre puede querer tanto a su hija, qué maravilla de hombre! Eso sí es amor. El contraste con la madre es brutal.

Por cierto, los actores bordan el papel. Felicidades y gracias a Fesser y a todo el equipo por mostrar lo que es el opusdei en la gran pantalla.

Ainhoa