Muy interesante el escrito de Supo (13-10-2008) sobre los adscritos, ahora llamados aspirantes de cara al exterior.

Y digo interesante porque si hay gente con acceso a Internet de manera fácil y sencilla son ellos, desde sus casas. La vida de los adscritos es una vida francamente dura porque están al comienzo de su vocación sufriendo una persecución bestial que les lleva en muchos casos a crisis auténticas de ansiedad.

El adscrito se encuentra en un primer momento feliz por haber pitado, superior a sus amigos de colegio porque cuenta con algunos privilegios sobre sus compañeros, el tutor (de la Obra) le atiende más y le hace más caso que a los demás. Está feliz.

En un segundo momento -con 16 ó 17 años- empieza a darse cuenta de que él es el "raro" de la clase. Todos sus amigos quedan para salir de marcha, ir de botellón, ir al cine, estar con los amigos y amigas... y él no puede hacer nada de esto porque o no es propio del espíritu o coincide siempre con la meditación de san Rafael y los planes de los sábados (peliculón, merendolón, meditación y bendición...).

En esos momentos es cuando entran en una clara crisis vocacional y empieza el torpedeo del tutor del colegio, el que le lleva la charla y el sacerdote. Y además, no puede escaparse porque le sacan de clase para hablar con él aunque tenga examen de matemáticas. Lo primero es lo primero.

Él, en el fondo, esta deseando ser como los demás pero "ellos" no le dejan. Sin embargo, a él le han explicado que "no somos como los demás, somos los demás". Pero él sigue viendo una y otra vez que eso no es así. Y se crea una tensión bestial en su alma. Si encima es hijo de supernumerarios de toda la vida, le cuesta mucho más tomar la decisión de marcharse. Pero se puede y, además, se debe. Así de claro hay que manifestraselo a los adscritos que leen esta web. Se puede uno marchar siendo adscrito, se evitan males mayores porque el tiempo no cura nada, más bien lo estropea.

Al fin y al cabo, mientras no han hecho la admisión no tienen que decir nada a nadie, simplemente se pueden ir porque les da la gana ya que no pertenecen a nada. Una vez hecha la admisión y hasta la oblación ocurre prácticamente lo mismo (de hecho, hasta la oblación son "jurídicamente" supernumerarios, aunque eso no se les suele decir para que no tomen otros derroteros).

Me gustaría que los adscritos (alguna vez ha ocurrido) escribieran más en esta página. Son personas muy indefensas y podríamos ayudarles mucho. Yo, desde aquí, me ofrezco para todo lo que necesiten y yo pueda ayudarles.

Un saludo a todos,

Atodón.