Yo, Adscrito (I).- Dufresne
Fecha Wednesday, 15 October 2008
Tema 010. Testimonios


La contribución de Supo del 13 de octubre me hizo acordar de unos años muy oscuros. Fui adscrito en una grande ciudad, por casi cinco años. Ya que si no hay dolor no hay daño, vivía del otro lado de la ciudad y perdía casi 2 – 3 horas (sí, horas) en el traslado casa de mis padres – centro – casa de mis padres.  De hecho era tan rara mi situación que los dires no me molestaban por no acudir al centro todos los días – tenía 2 (o 3?) días de “dispensa” en la semana. Por supuesto no había modo de asistir la Misa en el centro excepto a los fines de semana. Y entonces había que hacer todo el rollo: visitas, planes apostólicos, excursiones, encargos, club… Fui monitor del club por muchos años, bastantes para percibir que cuidar niños no me hacía ninguna gracia.

 

A los adscritos nos hacía mucha ilusión la invitación para desayunar o merendar con los residentes, pero la verdad es que a mi esa añoranza siempre me dejaba algo entristecido ya que siempre me acordaba de la parábola del hijo pródigo: en la casa de mis padres tenía pan, mantequilla, café y mermelada en abundancia, pero aquí tengo que comer con los socios del club… pero, ya! Que eso son tentaciones contra la perseverancia.

 

En el área del triangulo formado por casa de mis padres –universidad– centro, dejé mucha plata en autobuses, muchos rosarios, algunos intentos ridículos de hacer apostolado con el primero tío que tuviera la infelicidad de sentarse a tu lado (empezar a platicar sin motivo obvio, con alguien que no conoces, y de tu mismo sexo por aquí suele tener una connotación poco hermosa), y la verdad es que muy buenos recuerdos de libros que leí durante los viajes. Todo por todo, no suscribía a la teoría de mi promoción de adscritos de que “eran años fantásticos y divertidos”. Cuando llegué al Centro de Estudios, di muchas gracias a Dios por sacarme de aquel Valle de Lágrimas.

 

Pero eso es otra historia, para ser contada en otra ocasión.

 

Pienso enviarles después unos ejemplos de qué “cristiano corriente” era yo entre mis amigos de facultad… es para reírse. Y también, espero, para los que están planteándose el tema, que piensen mucho antes de ingresar en la obra de monseñor JEByA.

 

Saludos!

 

Dufresne









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