A un año... ¡!feliz, en el mundo real¡!.- MMZ
Fecha Monday, 13 October 2008
Tema 040. Después de marcharse


Hace un año que  “por fin me fui”!! Cómo ha cambiado mi vida!!  

Dichas estas exclamaciones les cuento un poco de la ineficacia de la maldición del rejalgar.

Después de escribir la carta de dispensa me invadió una paz que no me ha abandonado en ningún momento.

 

He comprobado en este tiempo que Dios me quiere, me mima, me lleva de su mano paso a paso.

 

Tras  haber estado doce años deprimida, aún tomo algún remedio, volví a pensar que la vida era digna de ser vivida.

 

Me encontré con el amor de mi juventud.  Estamos juntos, casados, ante Dios,  ante la ley, ante todos.

 

Estoy viviendo en una ciudad privilegiada, en contacto con la naturaleza, con unos paisajes preciosos.

 

Estoy trabajando, la primera vez en mi vida, a mis 50 años, en el mundo real. Trabajo remunerado, he cobrado el primer sueldo de mi vida que “no dejé en dirección”. Con recibo, en “blanco”.  Trabajo que hago para una empresa y  por alguien real, del que tengo una foto en mi oficina. No cuestiono los motivos sobrenaturales, que sigo teniendo, lo que digo es que tengo la realidad del amor de alguien y el mío por él y los suyos.

 

¡Qué maravillosa es la vida real: casa, marido, hijos postizos, trabajo, familia y amigas.

 

Amigas de toda la vida, dejadas de lado porque no daban con el perfil de la obra.

 

Amigas que incondicionalmente vinieron a mi encuentro en cuanto me puse en contacto con ellas.

 

Amigas que fueron en pleno a la ceremonia religiosa y con las que sigo en contacto.

 

¡Qué fabulosa es la vida real!

 

Llevé una vida distinta mientras que pertenecí a la obra: 32 años!

 

Dios sabe que le quise en esa vida.

 

¿Cómo se puede ser tanto tiempo del Opus Dei?

 

Diez años, convencida. Diez, conociendo los errores de la obra e intentando cambiarlos. Los últimos doce enferma, quebrada psíquicamente por los esfuerzos inútiles por lograrlo. Esfuerzos por sobrevivir sin afectos, sin libertad, con rigidez.

 

Años vividos con el convencimiento de querer ser fiel a un llamado concreto de Dios, justificando lo injustificable por el bien de la obra. Lo único importante para la obra es “la obra”.

 

Qué feliz soy en esta vida real que tengo ahora. 

 

Quería decirles estas cosas. Hacerles saber que se puede ser feliz lejos de todo aquello.

 

Un abrazo a todos y a vos Agustina uno especial.

 

MMZ









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