Ayer jueves estuvimos charlando, alrededor de un un gintonic y una cocacola (sí, el gintonic era mío) Javier Fesser –director de la película ‘Camino’ y yo. No creo que Javier se incomode porque cuente hoy algo de lo que hablamos o mejor dicho, de lo que yo percibí.

Vi a Javier –no nos conocíamos- buscando respuestas y si se me apura, intentando encontrar comprensión y quizá consuelo para entender qué estaba pasando. Pasa que desde que se hizo pública su película, no ha dejado de tener ataques de todo tipo (porque todo vale bajo el paraguas de “la santa desvergüenza, la santa pillería, la santa coacción, la santa intransigencia...” etc., como bien se sabe). Pero él no lo sabía. Le puse al tanto de la forma de actuar del opusdei: no dan la cara –en esta ocasión sé que no van a dar un comunicado oficial del Opus Dei sobre la película- pero al mismo tiempo están surgiendo webs de esos que se ganan la vida en las oficinas de la AOP [Apostolado de la Opinión Pública] (en trabajos internos, burócratas y propagandistas de la mentira, a costa del trabajo de los que trabajan de verdad y cobran un sueldo civil y de las aportaciones de los supernumerarios, que creen que su dinero va a parar al Africa tropical), sin reconocer su relación con la obra por supuesto, diciéndole de todo. 

Y curiosamente, la película ‘Camino’ no es una historia sobre ni del Opus Dei. Es la historia de una niña alegre y encantadora que, desgraciadamente, sufre un tumor maligno a los 14 años y no pierde la alegría ni la ilusión por un crío de su misma edad, del que se enamora infantil y limpiamente, por haberle visto una o dos veces en el ensayo de “una obra” de teatro. Camino –así se llama la niña- tiene una madre supernumeraria, una hermana numeraria y va por un club a clase de cocina. Pero el opusdei no es el argumento, solamente es parte de un contexto de su vida.  

Vi la película, como ya conté. Es muy respetuosa, no critica a la Iglesia, es directa y clara y en los aspectos que toca al opusdei, lo hace sin rodeos y de frente. Por eso animo a verla, a los de dentro y a los de fuera, cuando se estrene.  Es dura porque es duro ver morir a una niña, desgraciadamente, así es la vida para tantos padres y madres. Pero no sé si es más duro que el opusdei se quisiera y quiera aprovechar de ese dolor para intentar tener una "santa" más de cara a la galería. Porque esa niña nunca fue del opusdei ni nunca pidió la admisión.

Un abrazo, también para Javier Fesser,

Agustina

Página web de la película “Camino”.

Algunas fotos de la película: