EN LA MUERTE DE DAVID ANISI
Querido David: El día 13 de septiembre te fuiste. Las reseñas aparecidas en los periódicos sobre tu importante trabajo como profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Universidad de Salamanca destacan la importante labor realizada por ti. Pocos sabían que tu habías pertenecido al Opus Dei primero como oblato y después como agregado, aunque por poco tiempo, pues inmediatamente antes de llegar a 1970 ya te habías ido de la supuesta “familia” creada por el hoy San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás.
No hace mucho escribí un artículo en el que señalaba que eras vicedecano de una universidad española. No añadí más. Hoy puedo decir que ocupaste el cargo de vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Salamanca, la civil, no la eclesiástica. Como has fallecido hace cuatro días, me permito la libertad de decir que habías pertenecido al Opus Dei y que siempre tuviste una gran categoría, aunque algunos digan aquí que los agregados éramos unos “catetos” y luego otro firmante de un escrito ha dicho que sí, que éramos unos “catetos”. Tu no lo eras y yo pienso que tampoco.
Cuando empecé a escribir en Opuslibros, buscando en Internet descubriste un artículo mío en el que citaba los nombres de algunos de los que estuvimos en el centro Recoletos, 5. Era un nombre muy clerical, como también lo era “oblatos” con el que quiso denominarnos el fundador, aunque luego cambió. Empezamos a hablar. Gracias Opuslibros.
Tu David habías sido uno de los primeros alumnos del Instituto Tajamar que pitaron de oblatos. Según contaste en un artículo en “Crónica” la revista de circulación interna del Opus Dei, tu padre, albañil de profesión, formaba parte de uno de los distintos grupos protestantes existentes en España. No estabas bautizado. Poco después de conocer a la Obra te bautizaste y luego pediste la admisión como oblato.
No duró mucho tu pertenencia al Opus Dei. Eso sí, dabas un llamado “Círculo de San Rafael”, al que asistíamos otros oblatos, y algún antiguo alumno de Tajamar, como Ernesto A. Pero este fue detenido por la policía acusado de elaborar cócteles incendiarios para los vagones de tren de la estación de Atocha. Ernesto fue juzgado en consejo de guerra y condenado a diez o doce años de prisión.
David, la noticia de la detención de Ernesto te impresionó. A los pocos días, abandonabas el Opus Dei y dejabas de asistir al centro Recoletos, 5. Ya lo he contado que fui yo quien te sustituyó para impartir el círculo de San Rafael. Eso significó dar una nueva orientación a tu vida. Treinta años después yo tuve también la valentía de hacer lo mismo que tú, irme. Yo aguanté mucho.
Hace dos años murió tu madre. Estabas triste. ¡Quien iba a decir que tu te ibas a ir tan rápido! Lo siento. He perdido a un amigo que lo seguía siendo aunque hubiera pasado tanto tiempo sin tener contacto. Un abrazo de tu "ex hermano"
NACHO
