Del último digo que uno de los más gratos recuerdos que tengo por mi paso por el opusdei eran los refrigerios que nos regalaban a media mañana durante las convivencias. Cuando llegaba una jarra de aguas frescas junto de algunos bocadillos servidos en unas charolas todos suspendíamos nuestros actividades o juegos para disfrutar del momento. Esa es una de las cosas que a mi me gusta hacer cuando organizo algún evento, la de ofrecer un pequeño refrigerio para reanimar y hacer más agradable el momento.
Saludos cordiales,
Leonardo Cantú