Mis años de agregado (3).- Israel Zepeda
Fecha Monday, 08 September 2008
Tema 076. Agregados


MIS AÑOS DE AGREGADO (3)

 

Israel Zepeda

 

Era el año de 1984 cuando empecé a asistir a los medio de formación en Torres. Durante esa etapa tuve trato con varios numerarios que, con el paso de los años , dejaron el Opus Dei. Entre ellos Ricardo S., Alejandro S, Eugenio T., Enrique C, por mencionar algunos. Nunca asistí circulo de San Rafael ni me lo propusieron durante esa época, sin embargo, asistía a Curso básico con algunos de mis amigos de la preparatoria (Luis G.V. hoy director jurídico de una institución financiera y Jorge V. director de un canal de televisión estatal). En esos años conocí a mi gran amigo Nacho C., el cuál pitó también de agregado, convivimos muchísimo durante nuestros años de Agd y, hasta hace poco, también dejó la Obra. Ya posteriormente hablaré de los grandes amigos que hicimos en el Centro de Louisiana.

 

Fue una etapa muy especial por mi paso en el Centro de Torres. Tuve la oportunidad de conocer el modus vivendi de los numerarios. He de destacar que nunca vi nada raro en ellos y eran personas muy afables y sencillas en su trato. Dos de ellos: Antonio A. y Vicente S. (ahora sacerdotes numerarios)  son de gran calidad humana, saben escuchar y les tengo un gran cariño aunque tenemos ya varios años de no vernos. Si saben que salí de la Obra y las veces que tuve oportunidad de hablar con ellos, ya estando fuera, ha perdurado la apertura y sincera amistad de años atrás.

 

Recuerdo con mucha gracia un tertulia con la gente de San Rafael: Era un 2 de octubre y los de SR hicieron una representación del consejo local. Los directores se fueron de espaldas al ver el realismo con el que interpretaban las reuniones de los directores: Todos de gabardina, agendas en mano, hablando en clave “…oye, a fulanito ya le hablaste..., oye que menganito no vino con sus amigos...”,etc. La verdad la pasamos muy bien. Todavía no se decretaba la “Ley Seca de D. Alvaro” y ese día circuló el Bacardí y el Don Pedro a todo su esplendor.

 

Hablaré de mi pitaje: Es curioso: nunca me lo propusieron o me lo insinuaron, sino que yo fui el “que empujó la puerta”. En ese momento me atraía el ser numerario, ya que era lo único que conocía, aunque como les comenté en un escrito anterior, que tuve la oportunidad de conocer Louisiana por mi trato con LEM que conocí en el campamento en Mimihahuapan, pero no sabía qué eran en si los Agregados. Yo les propuse mi entrada al Opus Dei en enero y no fue hasta en mayo de ese año que me propusieron el ser Agregado. Cuando me dijeron puse mi cara de What! (en alusión de un anuncio de una escuela de Inglés). Me dijeron que seguiría viviendo con mis papás, que nunca me casaría (la verdad en ese momento ni me pasó la idea por la mente) y que era una entrega en su totalidad a Dios. La verdad me pareció bien la propuesta y para festejar tal acontecimiento a los dos días me fui al cine con mis amigos. Ja ja. (Cuando le conté al Director mi plan apostólico de ese día, puso los ojos como la fotografía de Tía Carmen y me explicó que los numerarios y agregados no íbamos al cine cómo un acto de nuestra entrega y pobreza).

 

En junio asistí a mi primera convivencia especial. la cual hablaré de ella en mi próximo escrito, así como los últimos meses de mi estancia en Torres antes de pasar al Centro de Louisina.

 

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