En nuestra conciencia sabemos el porqué y cómo lo hicimos.- Dany
Fecha Tuesday, 30 March 2004
Tema 010. Testimonios


Estimados amigos y curiosos:

Hace unas semanas, ya muy tarde por la noche, cuando estaba dejando pasar unos minutos para que el tráfico de la ciudad bajara e ir de regreso a la casa luego de un largo día de trabajo, los encontré en la Web. Debo confesar que me llamó la atención el nombre de la página y entré en ella (tiene una excelente calidad y presentación).

Es bueno señalar que, al igual que muchos de ustedes, también fui del Opus Dei, por casi 11 años (me faltaron 2 días para cumplirlos), como miembro numerario. Llevo ya casi 7 años fuera de la Prelatura. Tuve oportunidad de vivir en varias casas de 3 países diferentes. Por razones que ni yo mismo comprendo, me resisto a firmar, por ahora, mi nombre verdadero; lo haré más adelante.

Bien, desde que los encontré tuve la curiosidad de leer lo que estaban publicando. Así pude reír un rato con las historias de Satur (perdón Satur, entiendo que lo has pasado mal, pero escribes muy bien y es bueno conservar el sentido del humor), detenerme a revisar con calma la carta de Fede, los escritos de E.B.E., la carta de Maque y de muchos otros protagonistas como Mariano, José Carlos, Chilango, Ñam, Ñam, las notas y apuntes del Sacerdote Numerario Ruiz Retegui... en fin, incluso algunos eventuales comentaristas. También revisé algunas decenas de páginas de Albás, pero me aburrí, no me gusta la literatura autobiográfica, donde el protagonista es el héroe. Además de algunos puntos comentados de Camino, pero les falta calidad y altura. Seguiré revisando otros textos y ya les comentaré.

He notado diferentes estados de ánimo: los desesperados, los tristes, los enojados, los defensores, los cruzados, los herejes, los fríos, los apasionados, los unos y los otros. Y cuando digo "los" en masculino, es también en femenino. Es curioso como algunos temas tocan las pasiones de las personas. El Opus Dei es para muchos un tema que toca esas fibras íntimas.

También he visto a otros más fríos, más calculadores, menos apasionados.

¿Porqué describo todo esto? No lo sé, tal vez por el gusto de describir las cosas y terminar de entenderlas.

Hace unos días, en la Misa dominical, el Evangelio trató de la mujer adúltera, que llevaban a apedrear los judíos, y encontrándose a Jesús en su camino, le dijeron que la lapidarían pues así lo indicaba la ley, a lo que Jesús respondió con silencio... sólo se puso a escribir en la tierra con su dedo. "El que esté libre de culpa, que lance la primera piedra". Empezando por los mayores se fueron retirando. ¡Todos!!!. Jesús, el Hijo de Dios, no la condenó. "Vete y no peques más"... Al buen entendedor pocas palabras, y conste que no me refiero a los que escriben en la página ni a los miembros del Opus Dei, me refiero a todos nosotros y a todos aquellos y a muchos más.

Algún día les contaré mi biografía, que no es la de un héroe, dentro del Opus Dei. Tuve mis tiempos buenos y los no tan buenos. Pasaban los años y no me explicaba que hacía ahí si no quería. ¡En mi fuero interno odié el Opus Dei!, lo odié con alma y corazón. Y racionalicé muchas cosas como lo hizo Fede en su carta. Pero aprendí a no odiar, y me di cuenta de mi error: odiaba no poder ser feliz, como eran los demás; odiaba no tener el valor para decir no; odiaba que me quisieran de verdad y se preocuparan por mí... ¡cuándo yo los odiaba!. Así dejé de odiarlos, decidí salirme y me dejé querer. Hoy son una parte de mi vida, pasada y presente, pues lo que deja huella es permanente, con todo lo que significa.

Amo mi libertad actual y amo la libertad que tuve cuando decidí entregarla por lo que quería amar. Y le doy gracias a Dios por darme la fortaleza para ejercer la libertad que nunca me fue quitada (aunque yo creyera que sí) de encontrar el "camino" de Su Amor, por otro "carril" de la "autopista" de la vocación que recibimos en el bautizo.

No estoy a favor ni en contra. Si la vida me ha enseñado algo, es que "lo negro" o "lo blanco", "los buenos" y "los malos" son visiones parciales, la vida tiene muchos matices. En especial cuando se trata de seres humanos.

También tuve puestos de dirección: con aciertos y con errores. A pesar de todas mis miserias, Dios me permitió vivir, esos casi 11 años, experiencias maravillosas (de las buenas y de las malas), experiencias que, bien aprovechadas, aprendes a ser mejor ser humano, mejor hijo de Dios que al final es lo que cuenta.

Salí de la Obra con depresión, lo pasé muy mal por efecto de la propia enfermedad. Una depresión que con el paso de los meses se descubrió que tenía un origen congénito por ambos troncos familiares. Si bien es una realidad que al poco de ingresar como numerario no quería seguir, me empeñé en poder ser feliz por ese camino. Eso, genes más terquedad, me llevó a deteriorar mi estado de salud. Hay que reconocer, además, que el ritmo de vida en la Obra favorece estas situaciones.

En esos tiempos, producto de la enfermedad, me llevaron a escribir, sólo para mí, notas muy parecidas a la de Fede en su Carta. Créeme amigo que, aunque no te conozco me identifiqué mucho con lo que expresaste. También pensaba así, hasta que me enamoré por primera vez y las teorías se me cayeron.

Un día, a propósito del razonamiento, un amigo me decía: "¡Cuídate mucho del 'P. P. A.'!", a lo que respondí confundido: "¿Qué es el 'P. P. A.'?", "es -me dijo- Parálisis Por Análisis, cuando algo en la vida no tiene razón, búscalo en el corazón, y será más que razonable". Palabras semejantes al famoso: "El corazón tiene razones que la razón no entiende".

A veces, lo razonable, no es lo decisivo. Y si a esto le sumamos el argumento de la fe... ya lo decía Santo Tomás, que la razón y la fe se deben de unir como los extremos del arco de Ulises (no son palabras textuales).

Todos los que fuimos alguna vez del Opus Dei, sentimos o creímos sentir la llamada de Dios; todos los que nos salimos, pensamos que era lo mejor para nosotros. Finalmente una decisión entre Dios y cada uno de nosotros. Todo lo llevamos en nuestra conciencia y sabemos el porqué y cómo lo hicimos.

Señalar que nos escondieron cosas, es un tanto radical, cuando la radicalidad estaba en otro elemento: Nos entregábamos del todo y para siempre. Lo que sí hacen algunos, y que hacen mal, es cambiar lo que dijo el Fundador (no son palabras textuales): Para entrar en el Opus Dei se debe empujar la puerta, para salir, la puerta está abierta. Muchos sufrimos lo contrario; pero también muchos viven esta indicación como un mandamiento: me consta, pues así lo hacíamos en la delegación que estuve; lo vi en otras delegaciones y nos lo insistían en un sinnúmero de oportunidades.

En definitiva: no soy quién para juzgar las intenciones y mucho menos para juzgar a las personas. Puedo calificar las ideas y juzgar los hechos y las omisiones de las personas. Puedo decir mi parecer o mi experiencia, debo decir lo que creo correcto. Pero nunca puedo, lo digo en primera persona pues respeto la libertad de los demás, atacar a nadie. Todos me merecen el mayor respeto por el simple hecho de ser Personas, eso lo aprendí en la cuna.

Sólo son algunas reflexiones, que ojalá se publiquen. Espero no importunar los ánimos de algunas y de algunos, seguiré escribiendo si ustedes me lo permiten. Les pido que por ahora sólo ustedes conozcan mi correo. Les mando un fuerte abrazo a todas y a todos, atentamente,

Dany







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=1290