El falso puente.- Ana Azanza
Fecha Friday, 22 August 2008
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Escribe una supernumeraria (salypimienta) diciendo que nos lleva en el alma. No entiendo: sabe que tienen encerrada a una numeraria medio loca, sabe que sólo saben pedir dinero, sabe que la tratan como si fuera idiota, sabes que le ocultan lo que les conviene... ¿a qué juega? Yo no me siento acompañada por nadie que sigue dentro. A pesar de las bienintencionadas palabras de este mensaje, entre los que nos hemos ido y los que siguen dentro hay un "bautismo de fuego" que es la salida, una experiencia humana fuerte que no se puede obviar y que merece un poco de respeto.
 
Atomito, tu imagen de la iglesia católica es como un opus a escala gigante. Pero en la iglesia católica hay muchos movimientos religiosos, órdenes monásticas algunas centenarias y hasta milenarias, millones de creyentes de a pie que no tienen nada que ver con el proceder sectario que aquí denunciamos. Son gente que no hacen de la fe un motivo de separación con los demás, no forman ni tienen mentalidad de club exclusivo.
 
Que es lo que le pasa al opus, tienen la mentalidad de ser únicos, como esas sociedades deportivas o de ocio donde sólo entran los elegidos. Esto es lo mismo pero más absurdo todavía porque la fe auténtica nunca puede ser motivo de separación con los demás seres humanos.

En el opus no hay muchas cosas que sí hay en la iglesia: la principal, gente que no está interesada en el poder eclesial, que no sabe ni que eso existe, y que dedican su vida al servicio al que más lo necesita (Sida, lepra, drogas, misioneros en países de Africa o América, o en barrios marginales) gente que deja su comodidad y se va de veras a compartir penurias y a luchar por la promoción social, sin paternalismo sino poniéndose al nivel y dando la mano, sin sentirse por ello mejores que nadie. Eso sencillamente no puede existir en la obra, te enseñan a sentirte mejor que los demás. Es condición de su fanatismo. Y esas misiones no son pantallas para ocultar sus verdaderas actividades como también ocurre en el opus, mucho más eficaz en el mundo de la alta finanza que en el de la educación y promoción humana de los pueblos.
 
El opus es minúsculo en comparación con esa masa de creyentes. Lo que no es minúsculo sino desaforado es su afán de poder. Y lamentablemente en la medida en que la iglesia y los obispos hacen de su misión algo burocrático, en el que cabe la lucha de poder, en esa medida están vendidos al opus. Pero eso no tiene porque ser siempre así ni es irremediable. Se puede hacer mucho para frenar tanta injusticia.

Ana Azanza









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