El enmarañado lenguaje de los numerarios del Opus Dei
Castalio, 25 de julio de 2008
Imagen: Roger Sutchiffe, "Speaker, computer generated image"
Por todas estas cosas he resuelto de fabricarte este lampión
contra palabras morciélagas y razonamientos lechuzas.
Todo bajo la corrección de los clarísimos de Venecia. Y no es pulla.
Francisco de Quevedo
La culta latinparla (1626)
El sociolecto del Opus Dei
Uno de los señalamientos que la Iglesia católica ha hecho reiteradamente a las sociedades secretas, como los clubes de ideas, algunas sectas o las logias de la masonería, es el referente a la forma arbitraria de tratar el lenguaje con fines particulares de cohesión interna y manipulación de la verdad. El deslizamiento de significados en el lenguaje de este tipo de sociedades forma una variedad lingüística a la que se conoce como sociolecto, es decir, una forma de hablar cerrada o privativa de un grupo o clase. Por principio esto no es raro ni antinatural sino sólo en la medida en que la incorporación creciente de palabras y expresiones, llega a formar un sistema cerrado de connotación gramatical, dando lugar a formas más finas de estratificación, adscripción y exclusión.
Algo parecido a lo que ha denunciado la Iglesia con respecto a este tipo de sociedades ocurre en el Opus Dei. Todo en esa institución se habla, como dice Quevedo, nublado y en retazos. Especialmente entre los numerarios, a quienes me referiré aquí de modo especial, pues lo cierto es que la mayor parte de los supernumerarios ignoran este lenguaje o lo hablan mal; y esto por la sencilla razón de que forman un estrato diferente –muy diferente– del numerariado opusdeíno...
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