Mi experiencia del estudium.- Supo
Fecha Monday, 21 July 2008
Tema 010. Testimonios


Para mí ha tenido gracia que ahora, en estas fechas de veraneo, se haya suscitado este debate y el recuerdo de muchas personas por lo que vivieron en los cursos anuales. Así que me sumo al carro y contaré algunas cosillas. Antes quiero decirle a Atómito, que se ha pasado tres pueblos. Entiendo que sea ingeniero, incluso que sea un buen ingeniero, pero las Humanidades también tienen una dimensión científica. No explicaré aquí lo que se puede ver en muchos sitios al tratar los diferentes tipos de ciencia y de tratamientos científicos. Entiendo que te cueste entender algunas cosillas, pero también en las ciencias sociales y jurídicas y en las de Humanidades hay revistas con revisión por pares de los artículos.

Vayamos, a continuación, con algunos recuerdos. El primero se refiere a mi primer semestre. Fue en Madrid, en un colegio para niños ricos, Retamar. Sin embargo, nosotros teníamos que dormir doce personas en una de las clases en las que durante el curso esos niños ricos aprendían. O sea, que esto no sólo le pasaba a los agregados como cuenta Nachof, sino también a los numerarios jóvenes.

El asunto es que un ingeniero numerario bastante mayor fue el que nos impartió Historia de la filosofía griega, los presocráticos. Cuando estaba en mi colegio, estudiando el COU, discrepé con mi profesor de filosofía, que era -ya no lo es- numerario. El tipo, que había estudiado en Navarra, no se cortó un pelo y despreció que un ingeniero hubiese podido enseñar filosofía. Esta anécdota va en la misma línea de otras contadas en esta web sobre la calidad y preparación de los profesores.

También puedo contar cómo me enseñaron griego. Realmente tuve mucha suerte, pues el profesor era filólogo y me dio clases particulares, puesto que sólo estaba yo. Sin embargo, el buen hombre, porque la verdad es que es muy buena persona, no se preocupó mucho de exigirme que aprendiera. Total fueron 20 horas y con que le tradujese el comienzo del Evangelio de San Juan se daba por satisfecho.

Otro recuerdo tiene que ver con una de las asignaturas del bienio filosófico. Había uno que no la aprobaba ni para atrás. Llegaba y el profe le preguntaba "pueden amar las vacas" y se hacía un lío.

Personalmente no tengo elementos para juzgar si eran malas clases. Sí puedo decir que después he descubierto que hay más teologías, más puntos de vista, más ciencia. Seguramente, la del opus sea tan mala como había sido en España hasta los años 70. El asunto es el siguiente. Los estudios superiores en teología fueron expulsados de la Universidad en España. Algo que no ocurrió en otros países europeos. Así que la formación teológica era muy deficitaria y muy escolástica. Esa sería la que recibió el Fundador. La teología en España no se renueva hasta que algunos salen de España y van a Alemania y vuelven en los años 60 y 70. En algunos centros de España la teología se ha renovado y está a la altura de otros países, pero los autores -alemanes, franceses o italianos- no son leídos en el Opus: Ranher, Balthasar, si acaso algo a Romano, o Congar.

Sí recuerdo que en alguna ocasión me impartió clase alguno de los curas de reconocido prestigio interno. En concreto uno, que no recuerdo ahora cómo se llama, y que nos dio algo de teología moral. Comenzó leyendo una novela de un autor alemán. A partir del párrafo, fue desgranando un poco toda la teoría. Estuvo bien, pero vamos todo era una clasificación de virtudes y pecados.

En el fondo es todo muy similar a la formación ascética y espiritual: bastante pobre. Se enseña sobre todo la oración vocal, y a intentar hablar con Jesús, ante el Sagrario. El problema está en que los muy brutos apenas oímos nada de Jesús y al final estás todo el día pensando en Santa Teresa y lo que hacía por tratar a Jesús. Pero desde luego sin levitaciones.

En líneas generales, pienso que un joven que tiene algunas inquietudes intelectuales y recibe una formación como la que se da en los cursos anuales, está más o menos contento hasta que conoce otros ámbitos. El problema es que estando dentro no los va a conocer. Es igual que lo de rezar, al final uno piensa que la piedad es rezar oraciones vocales: el rosario, el acordaos, las tres avemarías.

A todo esto se suma, que apenas se pueden leer libros. Primero, no hay tiempo. Segundo, no hay más que un ejemplar. Tercero, no sirve de nada porque no hay un diálogo con esos libros.
En fin, me parece que si el Fundador no tenía muchos conocimientos teológicos, era imposible que plantease que hubiese una gran formación teológica entre sus "hijos".

Por otro lado, el ambiente de camadería que se vive en un curso anual está bien para jóvenes cómo éramos nosotros. Quitando todo el tiempo de formación interna (charlas, mediataciones) el resto, incluso las clases con esa apariencia de intelectualidad, estaba bien. Ahora, que tampoco las echo de menos, ¿eh?

Supo









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