El Opus Dei fomenta la mediocridad profesional.- Giovanna Reale
Fecha Friday, 11 July 2008
Tema 100. Aspectos sociológicos


 

He leído con agrado el escrito de Jorge Santiago, publicado el 7 de julio de 2008, con el título El Opus Dei, una carga social.

 

Aunque la versión oficial de la Obra hable de santificación del trabajo profesional y la presente como el aspecto central del carisma espiritual del Opus Dei, en realidad la vida cotidiana de la gran mayoría de los miembros de la Obra y la labor realizada en las obras corporativas y personales del Opus no brillan precisamente por los efectos de esa supuesta santificación del trabajo. No es que trabajen mal ni hagan chapuzas; simplemente trabajan como todo el mundo. Más todavía, una tendencia a la mediocridad y, como bien denuncia Jorge Santiago, un alto nivel de ineficiencia y un mal uso de los recursos humanos sí se dan en la vida interna de la Obra.

 

Además, acerca de la santificación del trabajo, así como de la teología del laicado, no hay que olvidar que el sociólogo Joan Estruch demostró en su excelente libro Santos y pillos (Herder, Barcelona 1993) que esos no fueron aspectos fundacionales del Opus Dei, sino que ambas doctrinas se elaboraron en los años sesenta del siglo XX y se retrotrajeron con falsedad cronológica a los años fundacionales de la Obra, con el fin de dar la impresión de que el fundador, san Josemaría Escrivá, era un precedente del concilio Vaticano II (1962-1965).

 

Pero en mi escrito de hoy quisiera hacer hincapié en la acertada denuncia de Jorge Santiago y me voy a servir de un ejemplo histórico.

 

Siempre he sido gran admiradora del célebre arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926). Aunque Gaudí no conoció el Opus Dei –fundado en 1928, según presenta la versión oficial de la propia Obra–, sin embargo encarna en su propia vida personal y profesional eso que se presenta como lo más importante del carisma de la Obra: la santificación del trabajo profesional. De hecho, está en marcha el proceso de beatificación de Antonio Gaudí; el 13 de mayo de 2003 se clausuró en Barcelona la fase diocesana de ese proceso. Pues bien, si Gaudí hubiera pertenecido al Opus Dei, estoy convencida de que jamás habría realizado la magnífica labor profesional que desplegó en su vida, ya que se hubiera visto enzarzado en la mediocridad de las labores internas de esa institución que agostan los aspectos más creativos del espíritu humano. Gracias a Dios, Gaudí no pudo conocer la Obra y por eso nos ha dejado un ejemplo de lo que es la santificación del trabajo profesional.

 

Giovanna Reale









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